amor y boda

Cristóbal

Cómo yo ya estoy vestido en un fino traje Armani, bajo primero en lo que Camill se termina de vestir, le e mandado un hermoso vestido Gucci blanco precioso y un tocado discreto, apenas bajo, todos de quedan en mirándome esperando a que hable, se están preguntando si hay boda o no?

Bueno pues que esperan? a comer y a beber que ésto es una celebración! todos los invitados se alegran y comienzan a murmurar que están felices por nosotros, mi amigo Tomas se me acerca y me dice bajó, Joder amigo, dime qué no convenciste a Camill de casarse contigo con sexo?

Todos los problemas que Camill y yo tenemos lo solucionamos en nuestra cama Tomas, haciendo el amor y hablando por supuesto! sonreí pícaro

El Ceo Tomas

los ojos, no diré nada más

Mendoza y Elisa estaban sorprendidos de ver cómo Cristóbal había solucionado las cosas con Camill tan pronto, por un momento llegaron

su maquillaje era impecable, las zapatillas Manolo le calzaban a la perfección, los invitados dejaron de respirar por un par de segundos, en cambio Cristóbal tuvo que ser llamado por su amigo Benjamín para que reaccionara, el Ceo Altamirano no había apartado la vista de su bella mujer la novia llegó al pie de la escalera, de inmediato Cristóbal fue a su encuentro, luces muy hermosa Camill dijo él, las miradas de la

habían acordado dónde se separarían para no volverse a ver pero el

Cristóbal aunque nunca lo admitió, se enamoró de Camill a primera vista, esa fue la razón por la cual no la devolvió

su amada Camill en una cabaña en la ciudad de Durango que estaba a tres horas de Sinaloa, el lugar era bellísimo, el olor a pino y a madera hacían

hora de

de miel, cuándo nos casemos por la iglesia, nos iremos un par de meses a Europa, esa si

al otro totalmente, Cristóbal le hizo el amor a su Camill como si quisiera sembrar le otro hijo en el vientre, no había día que no se lo pidiera, dame otro hijo Camill….. A la bella mujer se le dificultaba cada vez más no sucumbir a las peticiones de su marido pero ella de verdad no quería tener más hijos así que se dedicó a disfrutar de su esposo pero sin dejar de cuidarse, el impotente CEO Cristóbal Altamirano tendría que esperar a los nietos para tener más bebés en la casa Ya en la tranquilidad de la noche, saciados de hacerse el

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