El despertar del Dragón

Capítulo 108

Un hombre como ninguno Capítulo 108 Leer en línea Kai lo ignoró, pasando la mirada por los cigarros en la mesa. Luego, recogió uno y lo olió ligeramente. “Este es un buen cigarro. ¡Que desperdicio!”
Después de decir eso, encendió uno y dio una pequeña calada antes de exhalar un círculo de humo. A juzgar por su expresión, parecía estar disfrutándolo.
Al ver la expresión indiferente e intoxicada en su rostro, todos casi reventaron un vaso sanguíneo.
“¡Mocoso, te quitaré la vida hoy por tener la audacia de herir al Sr. Murphy!”
Rugiendo, Lux le dio un puñetazo a Kai. El golpe no solo fue extremadamente contundente, sino que también emitió un zumbido mientras cortaba el aire, lo que hacía evidente que era un luchador entrenado.
Kai permaneció indiferente ante el golpe. Tomó otra bocanada del cigarro y exhaló hacia Lux, que estaba cargando contra él.
Después de esa bocanada de humo, este último, que inicialmente avanzaba a la velocidad del rayo con el brazo extendido, se congeló abruptamente como si estuviera inmovilizado. Su puño estaba a solo unos centímetros de Kai.
De repente, todos se quedaron boquiabiertos ante la vista. Bajo sus miradas incrédulas, Kai pateó al hombre y lo envió volando. El cuerpo fornido salió volando de la oficina y se estrelló pesadamente contra el suelo.

“¡Lux!”
La expresión de Dexter cambió drásticamente y corrió para ver cómo estaba el hombre. Después de todo, Lux era su peleador más hábil y se había entrenado en kickboxing durante más de diez años.
Cuando llegó junto al hombre, quedó completamente atónito al ver que el pecho de Lux se había hundido y la sangre goteaba por la comisura de su boca. Sus ojos estaban muy abiertos, y yacía en el suelo inmóvil que uno no podía decir si todavía estaba vivo.
“¡Mátalo! ¡Acaba con él!
La ira inundó a Dexter y se volvió loco. ¡Nunca me habían faltado tanto al respeto! ¡Lo voy a hacer pedazos en este mismo instante!
Con esa orden, los hombres restantes se abalanzaron sobre Kai.
No creían que él pudiera ser su rival en ese espacio reducido, independientemente de cuán buena fuera su destreza en el combate.
“¡Bueno, tú lo pediste!”
Resonando, Kai voló hacia ellos como un torbellino.
Su velocidad fue tan rápida que ni siquiera pudieron verlo antes de que todos cayeran al suelo.
En solo unos segundos, los hombres se desparramaron por la oficina, aullando de dolor.
Aunque Kai no les quitó la vida, les rompió las extremidades, por lo que sus heridas fueron bastante graves.
Dexter estaba completamente estupefacto, mientras que la chica a su lado se había puesto tan blanca como una sábana.
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