Sabía que Cornelio había venido por la Torre Pentacarna.

Dado que la Torre Pentacarna real se había mantenido en su Anillo de Almacenamiento, ese edificio no era diferente de una torre ordinaria, por lo que no tenía motivos para aferrarse a ella por más tiempo.

—Oh, esta torre no es todo lo que quiero...

Los ojos de Cornelio se iluminaron con codicia mientras continuaba:

—Sé que tienes muchos objetos mágicos contigo. ¡Consideraré perdonarte si me los entregas todos!

Jaime frunció el ceño cuando escuchó eso.

«Entonces, Cornelio no solo va tras la Torre Pentacarna... También va tras mis objetos mágicos. La Torre Pentacarna detrás de mí se ha reducido a una torre ordinaria sin restricciones, por lo que debería poder escapar atravesándola...».

Con eso en mente, Jaime corrió de inmediato de regreso a la Torre Pentacarna y golpeó con fuerza la pared.

¡Bam!

El impacto de su puñetazo dejó un enorme agujero en la pared. Jaime luego corrió a través de él y concentró su energía espiritual en sus piernas mientras escapaba con rapidez.

—¡Ve tras él! ¡Rápido!

así que de inmediato condujo a sus hombres a la Torre Pentacarna para

comenzó a desmoronarse justo cuando entraron Cornelio y sus

por todas partes cuando Cornelio y los demás quedaron

en el rostro de Jaime mientras miraba los restos de la Torre Pentacarna detrás de

a la que corría, no pasó mucho tiempo antes

¡Fiu!

emergieron de

Maestros de Artes Marciales o superiores, la torre que se derrumbó ni

estuvieran por completo cubiertos

su alrededor, pero no vio señales

Cornelio... —Justino lo llamó en voz baja cuando vio

Jaime. ¡Debo ponerle las manos

decidió tomar un vuelo de

llegar al aeropuerto cuando

podría haberle pasado al Estado de las Sombras, Jaime respondió

regrese a Ciudad de Jade por el momento, mi señor! ¡Muchas de las sectas y clanes aquí están

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