—¡Maldito! Me he esforzado mucho para conseguir mi actual logro durante todos estos años. ¿Cómo pretendes apoderarte de todo lo mío? —Al momento siguiente, Faustino se puso furioso y lanzó su puñetazo hacia Flavio, jurando aniquilar a su hermano menor de corazón frío.

Horrorizado, Flavio se escondió enseguida a espaldas de Timeo. Al mismo tiempo, uno de los Superiores de los Grandes Maestros que estaban detrás de Timeo se acercó corriendo y le dio una patada a Faustino.

Éste cayó al suelo debido al impacto de la enorme patada, y de su boca brotó una sangre espantosa.

Mirando de manera amenazante a Flavio, Faustino apretó los dientes.

—¡Aunque ahora encuentre mi fin, todo lo de la familia Robles no caerá también en tus manos!

Al ver a un Faustino herido tendido en el suelo, Flavio se movió desde detrás de Timeo con puro triunfo en su rostro.

—Eso no es asunto tuyo. Para entonces, les explicaré a todos que tu trágico destino es una tragedia. Después de eso, seguro seré designado como el nuevo jefe de la familia Robles. Además, sé que tienes unas cuantas amantes preciosas en otros lugares. Después de que te hayas ido para siempre, puedo ayudar a cuidar de ellas en tu nombre también.

—¡B*stardo! ¡Sin duda eres un b*stardo! —en el pico de la furia, Faustino temblaba por todo el cuerpo. Bocanadas de sangre brotaban sin parar de su boca.

Nunca se le ocurrió pensar que se encontraría en un estado tan patético. Mirando al cielo, lanzó un profundo suspiro.

—Debe ser una retribución...

inocentes que había arrebatado hasta ahora en su vida. Era inevitable que

una trampa su propio hermano, Faustino no podía evitar pensar que estaba pagando el precio de lo

Mátame ahora... —Faustino cerró los ojos. No hay palabras

en dirección a Flavio y le entregó

—¡Acaba con él ahora!

se atrevió a quitárselo. Sacudió la cabeza con

¡no me atrevo a hacer

ahora, implica que no eres fiel a la familia Durero. Si es así, ¡sólo puedo matarte! —le amenazó

por su espina dorsal, Flavio no tuvo más remedio que tomar la daga de Timeo con sus manos temblorosas, arrastrándose

acercó, Faustino lo miró de

te pudrirás

ver cómo encuentro mi fin —al momento siguiente, Flavio levantó la daga

«¡Clang!».

la daga en la mano de Flavio estaba a punto de penetrar en el cuerpo de

Mientras tanto,

—¿Quién es ese?

Superiores Gran Maestro escudriñaron

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