—S…Señor, sólo tenemos un pasajero. Incluyendo a los tripulantes, sólo somos quince —tartamudeó el tripulante.

«¡Pas!».

El pirata le dio una fuerte bofetada en la mejilla.

—¡Maldita sea! ¿Cómo te atreves a mentirme? Este crucero es enorme, ¿pero sólo tienes un pasajero? —exigió enfadado.

Era evidente que no se creía la explicación del miembro de la tripulación.

La sangre se deslizó por la comisura de la boca del tripulante mientras protestaba:

—¡Estoy diciendo la verdad! Sólo tenemos un pasajero. Si no me cree, puede averiguarlo usted mismo.

Al oír eso, el pirata lanzó una mirada a los otros piratas, que salieron corriendo para validar las palabras del tripulante.

Pronto, todos los miembros de la tripulación fueron llevados a la cubierta. Jaime seguía en su habitación. Estaba cultivando con las piernas cruzadas.

«¡Bang!».

se abrió de manera violenta

ojos de Jaime se abrieron de golpe ante la conmoción. Antes de que pudiera moverse,

Si te mueves un

intrusos vestidos de negro. Sus auras le indicaron que

a punto de actuar, pero cambió de opinión al darse

aquí por él. Nadie en su sano juicio enviaría a dos Grandes Maestros a por él, pues

lo que quieres y haré todo lo posible por cumplir tus exigencias. Por favor, no me hagas daño.

Calavera. Considera que has tenido mala suerte al

Jaime y lo llevó

hay un pasajero! —informó un pirata al que

con una calavera roja bordada en su traje frunció el ceño al ver a los temblorosos

qué mala suerte!

sea. Vamos a traerlos

¿Se enfadará el jefe

volvamos! —El pirata con una calavera roja

comenzó a navegar

en una habitación. Los miembros de la tripulación seguían temblando

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