Cuando Gonzo y sus hombres llegaron, se encontraron con que Orlando y sus hombres ya estaban en la entrada de la Aldea Vil.

Ambas partes se miraron a lo lejos, y el ambiente que los rodeaba se tensó, ya que parecían formarse chispas cuando sus ojos se encontraron.

En cuanto a los transeúntes, todos habían encontrado un lugar para ellos en las montañas, todos preparados para la lucha masiva que estaba destinada a suceder.

—Señor Díaz, si nos entrega a Jaime Casas, ¡podría considerar la posibilidad de librarlos a todos de la Aldea Vil! —Gonzo se adelantó y dijo con una sonrisa en la cara.

—¡Oh, vamos! Cállate, ¿quieres? No tienes ninguna jurisdicción en el territorio de la Aldea Vil. Además, cuando decidiste invadirnos, ¿pensaste alguna vez en el dicho de que los locales siempre son más poderosos que cualquier forastero? —Canelo señaló con el dedo y le gruñó a Gonzo.

—Pero me temo que la Aldea Vil ni siquiera puede considerarse un local poderoso. —Gonzo se mofó y exigió—: Te voy a dar dos minutos para que vuelvas a considerar tus opciones. Si no nos entregas a Jaime, me aseguraré de que tu sangre esté por todo este lugar.

—¿Y con qué piensas hacerlo? ¿Con esos payasos? —Canelo entrecerró los ojos.

—Canelo, si ese es el caso, por favor, ¡ilumíname con tus maravillosos poderes!

En ese momento, el jefe de una secta, que parecía tener unos treinta años, gritó y salió de un salto por detrás de Gonzo.

Canelo fijó su mirada en el nuevo aspirante antes de burlarse:

a su muerte? ¿No hay nadie más en el mundo de las artes marciales de

retador de treinta

tan orgulloso y engreído? Solo eres un semimarqués de las

miró con frialdad a

El Cuarteto Vil de la Aldea Vil. Me gustaría ver si

de aprovechar

su reputación y de la fama de la secta le facilitaría, a su vez, el reclutamiento

anunciarte? —se

a él,

a luchar conmigo o

sabrás lo inútil que eres! —Canelo

—Salcedo se quedó enfurecido por las palabras que le lanzó. Al momento siguiente, la energía

perro viejo. Tu tiempo ya pasó. Ahora, déjame mostrarte lo poderoso que soy —gritó Rafael con rabia antes de

Canelo, el aura y la energía que mostraba sugerían que ya era

Semimarqués de las Artes Marciales

ser capaz de fundar una secta a los treinta años, ¡es obvio que él

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