—Orlando, todos estos mocosos ya están al límite de sus fuerzas. ¿Por qué no vamos tras ellos para acabarlos? —preguntó Edgardo desconcertado.

Orlando no pronunció ninguna palabra. Una vez que Gonzo y los demás se perdieron de vista, solo entonces gruñó y escupió una bocanada de sangre.

Edgardo se aferró a su brazo.

—¡Orlando! ¿Estás bien?

Orlando saludó con la mano antes de responder:

—Estoy bien. Haz que alguien despeje el campo de batalla y vigila la entrada del pueblo.

—Orlando, ¿te preocupa que Gonzo Ramos vuelva con un contraataque? —preguntó Edgardo de forma interrogativa.

Orlando negó con la cabeza.

—Preveo que los del mundo de las artes marciales en Villa Monarca no volverán por ahora. Aun así, no puedo asegurar que las otras sectas no aprovechen la oportunidad para atacar.

arreglos necesarios ahora. —Edgardo asintió

hacia Orlando, Leviatán, herido

que el peligro ya pasó por el momento, traeré a mis subordinados de

por apoyarnos en esta

fue con sus subordinados. Había llevado casi un centenar de personas para respaldar a

de las Sombras había sufrido una gran pérdida durante la batalla de esa ronda. Leviatán también tendría que tomarse

mismo tiempo, Álvaro

traje en esta ronda. Por lo tanto, tengo

estaban heridos, había agotado las hierbas y píldoras que había llevado. Por lo tanto, no le

que tenga un buen viaje a casa. —Orlando se despidió

a la Aldea Vil. Tuvo que aprovechar el tiempo para tratar sus heridas mediante un cultivo intensivo. Como toda su energía marcial se había agotado, estaba débil como

todos una basura sin valor! ¿Cómo puede alguien huir cuando la Aldea Vil ya está al límite? —Gonzo maldijo sin

el resentimiento de aquellos que dejaban de lado la rectitud y huyeron a mitad de camino, culpándoles

confianza, Gonzo nunca esperó sufrir tales pérdidas después de la batalla con

patético? Bueno, de momento, no hay salida para mí. No tengo más remedio que aguantar

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