Mientras tanto, Moly seguía gritando a la entrada de la cueva. Se sintió un poco abatida cuando no hubo respuesta después de gritar varias veces.

Cuando estaba a punto de salir, vio una bola de llamas azules en la cueva. Pronto apareció una sombra oscura.

Moly se llevó el susto de su vida al pensar que había visto un fantasma.

—¡Ayuda! ¡Un fantasma! —gritó asustada y cerró los ojos con fuerza.

En ese momento, Jaime ya había llegado frente a Moly. Riéndose, le preguntó:

—¿A quién llamas fantasma?

Al oír la voz de Jaime, abrió pronto los ojos.

«¡Es de verdad Jaime!».

—¡Lo sabía! Nunca dejaste el Palacio Carmesí —aclamó.

Estaba tan emocionada de verlo que casi saltó en el aire.

—¿Qué pasa, Moly? —preguntó Jaime, extrañado de encontrar a Moly buscándolo allí.

Carmesí está en problemas. ¿Puedes ayudarnos? Cecilia me dijo que no te molestara, pero... —Moly se mordió el labio y

—preguntó Jaime con

brazo y le impidió hablar. Frunció el ceño y

de la pelea habían llegado hasta

de Moly y corrió hacia la entrada del

—Moly gritó cuando vio a Cecilia y Porfirio enredados en

estaba empapada de sudor. Estaba jadeando y

embargo, el lujurioso Porfirio parecía no tener prisa, como si

que Moly gritaba su nombre, se

corre! No

quería que Moly se fuera

a Jaime!

Cecilia había visto a Jaime de pie junto a Moly. La primera no esperaba que Jaime

salva a mi hermana —suplicó

Con una energía increíble, se lanzó contra Porfirio. Al ver eso, Porfirio palideció y retrocedió con rapidez para evitar

enorme cráter en el suelo. La ensordecedora explosión hizo

venir a ayudar,

sonrojó en cuanto

sudando mucho. Su ropa empapada parecía transparente bajo la

casi hizo que la sangre saliera de sus fosas

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