—¡Doroteo, eres increíblemente desvergonzado! —Cecilia se levantó furiosa, queriendo darle una bofetada a Doroteo.

Por desgracia, en el momento en que se levantó, su cuerpo se sintió débil, e incluso su energía marcial no pudo ser convocada.

Esto hizo que la rabia de Cecilia se disparara, y temblara de rabia.

—Deje de intentar resistirse, Lady Campana. Haga lo que le digo. Le prometo que la trataré bien —dijo Clemente, con una sonrisa socarrona en los labios mientras estiraba la mano para tocar el rostro de Cecilia.

—¡Lady Campana, corra!

En ese momento, los dos discípulos de Palacio Carmesí, que habían estado de pie detrás de Cecilia, sacaron sus espadas y las apuntaron a Clemente.

Cada uno tomó un lado y cargó contra Clemente.

Al ver eso, Clemente resopló, agarró las espadas de los discípulos y las retorció con fuerza.

¡Bam!

se rompieron, con sus otras mitades en la mano de Clemente.

los discípulos. Luego se agrandó, y la sangre brotó

par en par al ver la horrible muerte de los discípulos. Aunque estaba demasiado débil para moverse, se

mano y la agarró de la

monstruo. Te reto a que me mates —gritó Cecilia

Clemente parecía no inmutarse por sus palabras. De hecho, cuanto

a alguien que le traiga las píldoras de mejora en cuanto

Si es así, aceptaré con amabilidad su oferta. ¿Debo hacer que alguien lo lleve de vuelta? —preguntó Doroteo

bien. Podemos volver por nuestra cuenta. —Con eso, Clemente levantó a Cecilia

con todas

—¡Suéltame, cabr*n!

mucho que luchara, no podía liberarse del agarre de Clemente. Al no poder más, le mordió

de dolor y enseguida le dio

desmayó. Al mismo

bastante peleonera.

montaña del Palacio Carmesí. Al fin y al cabo, la cueva estaba en un lugar no muy lejano de la montaña. No iba

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