El despertar del Dragón

No era otro que Saulo, que había desaparecido durante un tiempo.

Saulo parecía haber sufrido una drástica transformación. Había algo más suave en su aura, y su piel era clara y suave. Sin embargo, la frialdad de sus ojos seguía siendo la misma que antes.

—Jaime, nunca esperarás que esté en la Alianza de Guerreros, y mucho menos que tenga el control de toda la alianza —pronunció Saulo con una sonrisa despiadada.

De repente, una vieja voz resonó en la mente de Saulo:

—Muy bien. Deja de alabarte a ti mismo y empieza a trabajar en tu deber. Recuerda quién te ha dado todo lo que tienes ahora.

De inmediato, Saulo dejó caer la sonrisa de su rostro y se volvió humilde.

—Lo entiendo —Luego asintió con respeto antes de caminar hacia el patio trasero de la Alianza de Guerreros.

—Señor, me gustaría preguntar algo. ¿Son esos hombres de túnica negra de la reunión iguales a mí? —preguntó Saulo con curiosidad.

presente físicamente en la reunión de antes, sólo su alma y parte de su

los demás también eran personas poseídas

sólo eres un anfitrión. Sin ti, siempre puedo encontrar otro. Concéntrate en tu deber y no hagas preguntas que no debas hacer. De

momento, Saulo no se atrevió a decir nada más mientras se apresuraba hacia la mazmorra de la Alianza de Guerreros. Luego, con gran habilidad, abrió la mazmorra y se adentró en ella hasta llegar a una

sala, fue recibido por cuatro jóvenes que estaban desnudos de la parte superior y cultivando mientras estaban sentados en el suelo con las

había una jeringuilla que acababa de ser utilizada, e incluso

los pasos que llegaban, abrieron los ojos y saludaron

sentir que las cuatro personas que tenía delante estaban mejorando a

parecer, leyendo la envidia de Saulo, la vieja voz en

de la chica es en verdad impresionante. Ha conseguido que estas cuatro personas se conviertan en marqueses de las artes marciales en muy poco

poderosos que sean, siguen siendo peones de otros.

no, no. No quiero

negó fervientemente