El despertar del Dragón

Diego frunció el ceño.

—¿Qué quieres decir?

—Bueno, has cultivado durante décadas, y este es tu primer combate contra un humano, ¿verdad? Es una pena que vayas a morir en tu primer combate en décadas —comentó Jaime.

Diego se rio.

—¡Ja! ¡Qué tonto tan ignorante! Eres uno de esos grandes habladores. Ya he visto a mucha gente como tú. Normalmente, cuanto más hablas, pésimo eres. Parece que te he sobreestimado.

—¡Peleemos, y verás si estoy hablando de más! —Con eso, Jaime extendió su mano derecha, y la Espada Matadragones apareció en su empuñadura.

La Espada Matadragones emanaba una luz tenue, que no era para nada llamativa, pero era bastante intimidante.

Los ojos de Diego se iluminaron al instante cuando vio la Espada Matadragones que Jaime sostenía.

cultivo tan alto en un lugar con energía espiritual limitada. Parece que tienes bastantes objetos mágicos contigo. Tu espada espiritual tiene un espíritu de espada. No

sacudió la cabeza y

estás dispuesto a darme tu espada espiritual y tu esencia dracónica, te dejaré vivir. Ya no quiero

dices en serio? —preguntó

dio una palmadita en el pecho y le

Soy un cultivador de Alma Naciente de primera categoría. ¿Por qué iba a mentirle a

escuchó eso. Había invitado

la boca! ¿Quién te crees que eres? ¡No soy tu sirviente! ¡Tampoco

se sintió avergonzado, y no se atrevió a

sino que también te llevaré a la Isla Encanta. Podrás ser mi discípulo. Para

se rio y

ya no quieras mi alma naciente, yo quiero la tuya! ¿Cómo te atreves a pedirme que sea tu discípulo? Sólo he necesitado menos de un año para ser tan fuerte como tú. ¿Crees que eres lo suficientemente digno para ser

muerte! —Diego

energía. De hecho, se podían ver ondas y ondas de energía espiritual dando