En un restaurante corriente de Ciudad de Jade, Jaime estaba sentado a la mesa, vestido de negro tras un sencillo disfraz, comiendo.

Estaba allí para obtener información sobre los movimientos de la Alianza de Guerreros en los dos últimos días.

Había una doble razón para su crueldad en los últimos dos días. Además de vengarse, también quería llamar la atención de la Alianza de Guerreros y hacer que las élites de la alianza persiguieran al llamado hombre de la túnica negra.

Entonces, podría aprovechar la oportunidad cuando el cuartel general de la Alianza de Guerreros no tuviera suficientes hombres para colarse y salvar a Josefina. Después de todo, no tenía plena confianza para asaltar el lugar por la fuerza todavía.

Mientras comía, su atención fue atraída de repente por cuatro figuras.

Cuatro ancianos con diferentes expresiones entraron en el restaurante. Pidieron algo de comida y empezaron a comer, pero sus expresiones seguían siendo tan solemnes como siempre.

«¿Los Cuatro Villanos? ¿Por qué están aquí, en Ciudad de Jade? ¿No me digas que saben que estoy muerto y han venido a vengarme?».

Ante la aparición de Los Cuatro Villanos, Jaime no pudo evitar sentirse aprensivo y preocupado.

Sin embargo, no podía acercarse a ellos y darse a conocer cuando había tanta gente yendo y viniendo. Sólo podía esperar en silencio.

Al poco rato, los Cuatro Villanos salieron del restaurante después de comer. Él los siguió de cerca.

Ya era de noche, con algunas estrellas esparcidas por el cielo.

Inesperadamente, los Cuatro Villanos eligieron a propósito lugares muy oscuros, caminando por donde no había farolas.

Cuando giraron hacia un callejón, Jaime hizo lo mismo.

después de girar, no vio señales de ellos. Mientras estaba perplejo, Los Cuatro Villanos ya habían

nos sigues? —le preguntó Orlando,

al ver que no lo reconocían. Decidió poner a prueba sus

ustedes cuatro actuaban sospechosamente y sentí que no debían estar tramando nada bueno, así que los seguí para echar un vistazo —dijo Jaime con voz ronca, manipulando

escuchó, su

hables con él, Orlando. Sólo mátalo. Todavía tenemos

de decir eso, Bosco disparó su

eran Marqueses de las Artes

aterrador puñetazo cortó el aire y se fue

puñetazo, innumerables

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cuotro hobíon cultivodo en lo Torre Pentocorno, osí que todos eron Morqueses de los Artes

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