Cuando todos se fueron, Saulo se arrodilló.

—¡Saludos, señor!

Sin demora, el hombre de la túnica negra y plateada sacó de sus ropajes un cetro brillante.

—Lord Tacio conoce tu situación, así que me ha enviado de manera especial para darte una reliquia sagrada de artes marciales. Esta reliquia sagrada de artes marciales puede protegerte en momentos críticos.

Al decir esto, le entregó el cetro a Saulo.

Saulo miró el cetro, con una mirada abrasadora como el fuego.

«Es una reliquia sagrada de las artes marciales, ¡la que usa un santo de las artes marciales!».

Aunque no tenía ni idea de qué había sido del dueño de aquella reliquia sagrada de las artes marciales, sería un juego de niños utilizar una reliquia sagrada de las artes marciales infundida con el poder de un santo de las artes marciales para derrotar a un marqués de las artes marciales.

—Por favor, transmite mi agradecimiento a Lord Tacio. Haré todo lo que esté en mi mano para dirigir la Alianza de Guerreros —prometió con el júbilo reflejado en su rostro.

—Lord Tacio dijo que Jaime tiene un talento poco común, así que lo mejor será convencerle de que se pase a nuestro bando. Si eso no funciona, haz las paces con él por el momento. No tengas más conflictos con él. Tienes cosas mucho más importantes que hacer —afirmó el hombre de la túnica negra plateada.

—Señor, su novia sigue confinada en el calabozo de la Alianza de Guerreros. Si hacemos las paces con él, no tendremos más remedio que liberar a su novia —murmuró Saulo, con cara de conflicto.

Alianza de Guerreros si no liberamos a

el hombre de

importante si no es más que una mujer? La Alianza de Guerreros tiene toneladas de recursos ahora,

—¡Entendido!

pues conocía las consecuencias si ofendía

a extenderse, el hombre de la túnica de plata

en pie, con una luz maníaca brillando en sus ojos. Ahora que tenía el cetro, no quería hacer las

de eso, quería matarlo, vengar a su padre y a

intención de matar a Jaime, el espíritu de

mejor que hagas lo que dice Lord Tacio. De lo contrario, ambos tendremos una

hizo reprimir de inmediato el impulso de

—¡Alguien! —Saulo gritó.

puedo hacer por usted, P…Presidente Noguera? —preguntó

al hombre, temeroso de perder también

buscar a Jaime. Dile que me gustaría invitarle a la Alianza de

—¿Buscar...? ¿Buscar a Jaime?

de los miembros de la Alianza

que éste odiaba a la Alianza de Guerreros hasta la médula. ¿No estaría simplemente cortejando

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