Jaime encargó a Augusto que custodiara las antiguas ruinas mientras él regresaba a Puerto Blanco con Forero.

Mientras tanto, los Sandoval estaban ocupados preparando la próxima boda de Marina y Tristán.

Jaime había aceptado previamente asistir a su boda. Por lo tanto, tendría que quedarse unos días en la residencia de los Sandoval. Además, planeaba observar si el tío de Marina, Toño Haro, tenía malas intenciones.

Por fin era el día de la boda, y los respetados hombres de negocios de diferentes industrias de Puerto Blanco asistieron a su boda como estaba previsto. Había allí unos cientos de asistentes.

Toño estaba ocupado ayudando el día de la boda. Al ver lo duro que trabajaba, Marina se sintió aliviada de alguna manera.

Entre los invitados, había una mesa de gente en un rincón con la mirada perdida. Parecía extraño que estuvieran desinteresados por completo en la boda.

—Jaime, ¿te has fijado en esa mesa de ahí? Son los Grandes Maestros de las Artes Marciales. No creo que hayan venido a dar sus bendiciones —le dijo Forero a Jaime.

cuando utilizó su sentido espiritual hacía

un poco. Pronto veremos

una débil

para pronunciar un discurso como familiar de Marina. Habló por

en cuidar de su bebé. Como su tío, espero que pueda vivir una vida feliz y bendecida. Por lo tanto, por la presente anuncio que me haré cargo de su puesto para gestionar el negocio de los Sandoval después de esto. En cuanto a Marina, se trasladará a Ciudad de Jade y no volverá nunca más. —Y continuó—: ¡Espero que todos sigan colaborando con los Sandoval

multitud. Los invitados compartieron una expresión de asombro y empezaron a discutir entre

puso furiosa al

dicho que me voy a Ciudad de Jade y

enfades, Marina. Sólo hago esto por ti. Eres una mujer, después de todo. ¿No deberías quedarte en casa y cuidar de tu familia? Llevo cerca de un año gestionando los asuntos de los Sandoval, y mi capacidad es evidente para todos. Soy la persona más adecuada para sustituirte.

Al escuchar eso, continuó:

posición. Sólo trabajas para los Sandoval. Puedo echarte cuando quiera y no

te enfades, Marina. No es bueno para el bebé —la consoló Tristán a un lado. Miró a Toño con mirada gélida y le dijo—: ¿Quién te crees que eres para hacerte cargo de

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255