En el Ministerio de Justicia de Ciudad de Jade, Javier entró tropezando en el vestíbulo principal.

—Señor Salazar, ha llegado la delegación de Jetroina. Ahora mismo están fuera.

Armando asintió con la cabeza.

—¡Que pasen!

A continuación, Javier condujo a la delegación al interior del edificio.

A la cabeza iba un hombre de mediana edad con barba, Kazuo Kawaguchi. También era el jefe de la delegación.

Detrás de él iban cinco hombres, todos con trajes elegantes y zapatos de cuero, excepto uno. Iba vestido de samurái, con una katana a su lado y una pequeña coleta en la nuca.

Al ver al hombre armado, la expresión de Javier se ensombreció. Se enfrentó a ellos de inmediato.

—Entreguen la espada. Nadie puede reunirse con el señor Salazar mientras esté armado.

—La espada representa el espíritu de un samurái. Por lo tanto, sólo la entregaremos en la muerte —replicó el samurái con el ceño fruncido.

Arrugando las cejas, Javier alargó la mano para tomar la espada.

vio temblar la muñeca del samurái. Antes de que pudiera reaccionar,

cuida tus modales

Armando hizo un gesto con la

a retroceder, Armando invitó a

—Gracias, señor Salazar.

cabeza de Kazuo, todos tomaron

sentarse, Armando chasqueó los

¡Crash!

Junio se hizo pedazos y se desplomó en

expresión cambió de golpe ante el repentino

silla debía de

más hablar Armando dirigió

tráiganos otra

de Armando, Javier le siguió

se han llevado todas las sillas para un evento. Me temo que no

una verdadera lástima. Supongo que no nos queda más remedio que dejar al

Kazuo se adelantó a la

un samurái de Jetroina, estar de pie no es

del enfado de Junio, no tuvo más remedio

Kawaguchi, ¿puedo saber qué le ha traído hasta aquí? —preguntó Armando a pesar de

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