El despertar del Dragón

Capítulo 1735

—Esta estatua de piedra no parece que vaya a durar mucho. No se sabe si conseguirá aguantar hasta que los demás se abran paso para convertirse en Marqueses de las Artes Marciales.

Jaime se puso en pie y abandonó el terreno prohibido.

Cuando Noé vio salir a Jaime, se adelantó con respeto y gritó:

—Señor Casas.

—¿Cómo van los demás en su cultivo? ¿Se siguen formando gotas de rocío en la estatua todas las noches? —preguntó Jaime a Noé.

—Los demás cultivan a buen ritmo. En cuanto al rocío de la estatua, ha aumentado bastante en los últimos días —respondió Noé.

Jaime asintió. Luego fue a ver cómo estaban Giovanni y los demás. Al observar sus progresos en el cultivo, se sintió bastante satisfecho.

Sin embargo, estaba a punto de salir del palacio y dar un paseo cuando le invadió una sensación de aprensión.

«Oh, mi*rda...».

Maldiciendo en silencio, se volvió hacia Noé y se excusó antes de volver corriendo a Ciudad de Jade.

Evangelina y Jaime. Mientras estaba en la finca de la familia Gabaldón, Casio le había pedido

sagrada dentro de su cuerpo y ya no necesitaba permanecer al lado de Jaime, seguía

estaba prisionera, él podía sentirla

y las demás le

señoritas empezó

está bien. No tienen que decir nada más. Ya lo sé —dijo agitando la mano. Tras decir esto, salió del Palacio Carmesí y se dirigió a la

lo que ha pasado. Hay cosas que Isabel y las demás señoras no

tanto, Fernando estaba en

Evangelina. Si le ocurre una desgracia,

el asunto, Astrid abrió la puerta y

—Papá, Jaime está aquí.

lo escuchó, salió corriendo por la puerta

ha vuelto.

que terminara de hablar, Jaime le cortó con un gesto de la mano y

sé. Hablemos

Luego le dijo

alguien haga guardia junto a la

a Jaime a la

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