Después de dar puñetazos para probar la fuerza del oponente, Jaime supo que se enfrentaba a adversarios con una fuerza muy superior a la suya.

—¿Quién demonios son ustedes? ¿Qué quieren de mí? Les daré lo que sea.

En ese momento, Jaime supo que él y Forero podrían ser incapaces de detenerlos en una pelea. De ahí que quisiera ganar tiempo.

—Somos miembros de la Secta Demoníaca, y nos llevaremos el recipiente del demonio de sangre —le dijo el hombre a Jaime.

«¿Secta Demoníaca?». Jaime se quedó sorprendido. Nunca había escuchado hablar de semejante secta. Y no sólo eso, se quedó atónito por el hecho de que supieran que el recipiente del demonio de sangre estaba allí.

—Sobre ese recipiente del que hablas, no tenemos nada parecido aquí con nosotros. ¿Estás buscando en el lugar equivocado?

Jaime se hizo el desentendido.

—Chico, deja de fingir. Sabes de lo que estamos hablando. Si nos lo entregas ahora, nos iremos sin causar problemas —dijo la mujer.

—La verdad es que no lo sé.

Jaime negó con la cabeza.

—Sigues fingiendo. Parece que no te rindes hasta el último segundo.

dirigió hacia Jaime. En un instante, ¡sus largas piernas de marfil estaban ya

inmediato, le agarró los

saltar en el aire y enroscó sus

al estar tan cerca

—Muy bien, súcubo. Adelante.

pasaba, se puso verde de

delante de ella, ¡haciendo que se soltara de Jaime

encárgate del hombre

los ojos fijos en la mujer que tenía delante. Sin embargo, sus ojos seguían recorriendo sus largas y

Forero y frunció el ceño con

comportamiento de Forero, Jaime se

¿Acaso es el momento adecuado para contemplar

una oponente formidable. Tenga cuidado

aprendido es a tratar

lanzó varios amuletos a la mujer, y luego

¡Bum! ¡Bum! ¡Bum!

en el aire, y el fuego resultantes cortaron

frente a ella. Con expresión lasciva, abrió los brazos para

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