—¡Claro que lo sé! Incluso sé que hay muchos de ustedes entre la familia real. Ustedes se encargan de observar los fenómenos celestes y predecir la suerte.

Como preciada hija del duque Román, Ana naturalmente tenía conocimientos sobre la Secta Flamígera.

Aun así, la secta era ajena a los plebeyos, pues los plebeyos no tendrían la oportunidad de entrar en contacto con ellos.

Pero en cuanto Ana terminó de hablar, Joel resopló.

—Ni los menciones. Ya no forman parte de la Secta Flamígera. Han traicionado a nuestra secta y roto nuestras reglas ancestrales. De hecho, han sido expulsados de la Secta Flamígera hace mucho tiempo.

—Ah... ya veo.

Ana estaba estupefacta. Ella no era consciente de que los miembros de la Secta Flamígera en la familia real eran desterrados de la secta.

—Señoras y señores, como han visto, alguien lanzó un hechizo aquí antes. Usaron el hechizo para buscar en cuevas y tumbas —dijo Daniel a Jaime y su grupo.

—Oh, antes vimos a unas cuantas personas con túnicas, pero ya se marcharon —respondió Jaime.

—Parece que alguien se nos va a adelantar. Tenemos que irnos ya.

Tras decir eso, Joel se lanzó hacia delante.

era ciego, se movía como

de inmediato tras Joel con sus

¿qué hacemos?

ellos,

Jaime

montaña era ventoso, fue pan

cuenta de que Jaime y los demás los habían alcanzado, no pudo evitar fruncir el

nos siguen en vez de

las antiguas ruinas. Pero no se preocupen. Seguro que no lucharemos contra ustedes por las cosas que hay en las

el ceño antes de mirar

¿Quién sabe? Podrían ser útiles —dijo Joel

Daniel no tuvo más remedio que

eches la

un trecho montaña arriba antes de que Joel se detuviera de repente

Señor

nosotros. No podemos avanzar

clavó ambas manos en el suelo

un rayo de luz surgió del suelo y salió disparado hacia delante antes de explotar de repente cuando estaba a decenas de metros de

de la explosión, apareció un tenue resplandor

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