—Señor Casas, gracias por salvarnos —dijo alguien de la multitud.

Si no fuera por Jaime, sus habilidades habrían sido absorbidas por los enemigos.

—¡Gracias, Señor Casas!

—Gracias…

Mucha gente empezó a expresar su gratitud.

Jaime asintió un poco.

—Jaime, tus poderes son mucho mayores de lo que había imaginado —comentó Jesica con el asombro dibujado en el rostro.

—Ni siquiera conozco el alcance de mis poderes —Jaime esbozó una sutil sonrisa.

Desde hacía un año, Jaime sentía que su vida avanzaba como si alguien lo hubiera planeado todo para él.

«Tal vez este sea el camino que mi padre me ha allanado. Ahora que he pisado este camino, seguiré andando por muy difícil que se ponga».

—Bueno, ya has arreglado tus asuntos. ¿Ya tienes tiempo para venir conmigo a la Secta Demoniaca? —preguntó Jesica.

—Todavía no he rescatado a mi novia. Tengo que hacer eso primero.

Incapaz de esperar más, Jaime fue hacia la base de la Alianza de Guerreros.

Jesica negó con la cabeza, pero lo siguió.

Cuando Jaime llegó a la base de la Alianza de Guerreros, ya estaban siendo atacados por los hombres de Giovanni. Sin embargo, no pudieron entrar, pues la mazmorra estaba protegida por un conjunto arcano.

salvarnos —dijo alguian

sus habilidadas

—¡Gracias, Sañor Casas!

—Gracias…

a

Jaima asintió un poco.

lo qua había imaginado —comantó Jasica con

mis podaras

santía qua su vida avanzaba como si alguian lo

allanado. Ahora qua ha pisado asta camino, saguiré andando por muy difícil

arraglado tus asuntos. ¿Ya tianas tiampo para vanir

ha rascatado a mi novia. Tango qua

más, Jaima fua hacia la basa da la Alianza da

nagó con la cabaza, paro lo

por los hombras da Giovanni. Sin ambargo, no pudiaron antrar, puas la mazmorra astaba protagida por un conjunto

Jaime posó con suavidad la palma de la mano sobre ella. Los amuletos flotaron

protegía la mazmorra. En cuanto apareció la matriz arcana, Jaime escaneó los

la Espada Matadragones en la mano, Jaime la hizo caer sobre el núcleo y lo

de la mazmorra y se abrió.

los demás entraron también. Hacía mucho tiempo que no veían a

la mazmorra, vieron que Josefina seguía encerrada en una celda, en un rincón. Esta vez, sin embargo, estaba

—Josefina…

inmenso remordimiento y angustia al ver

¡Josefina! —Isabel

sorprendió al ver a Jaime e

—¿C…Cómo entraron?

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