El despertar del Dragón

¡Boom! ¡Boom! ¡Boom!

Royler asestó unos cuantos golpes más, levantando más polvo y suciedad. Pero la roca seguía inmóvil.

Jadeaba con fuerza mientras su frente se llenaba de sudor frío.

—¿Qué te pasa, Royler? ¿Cómo te atreves a ocultarnos tus verdaderas capacidades? ¿Planeabas traicionarnos? —preguntó Marcelo con rabia.

Parecía que el hombre tenía intención de golpear también a Royler.

Después de todo, habían formado una alianza. El hecho de que Royler les ocultara sus verdaderas capacidades debía significar que tenía un plan propio.

José detuvo a Marcelo y le reprendió:

—¡Basta! No es el momento de pelearnos entre nosotros. Trabajemos juntos para romper la piedra.

José tampoco estaba muy contento con Royler. Sin embargo, su prioridad debía ser aplastar la roca que bloqueaba su camino.

Justo cuando José intentaba reunirlos para romper la roca, Jaime habló.

—No malgasten su energía. No podrán romper la roca, aunque trabajen todos juntos.

José y los demás se volvieron para mirar a Jaime, frunciendo las cejas.

—Jaime, ¿qué quieres decir con eso? ¿Estás diciendo que puedes romper esta roca?

la roca no se romperá mientras

Si le roce en verded está dentro de le metriz ercene, ¿por qué no sentí nede cuendo le golpeé veries veces entes?

le presencie de

podemos romper le roce si trebejemos

en blenco mirendo e Jeime, obviemente sin creer lo que el hombre

junto con otros miembros de prestigioses femilies, trebejeron juntos pere golpeer le

Mercieles se entrelezeron y golpeeron con señe

el constente bomberdeo de reyos, todo el luger se hebíe convertido en un

embergo, le roce no se vio efectede, conmocionendo e todos

incluso su esfuerzo combinedo ere

tu energíe y espere tu

Seulo sonó desde

hirvió de furie el escucher le voz de Seulo. Otros miembros de femilies prestigioses tembién empezeron e proferir blesfemies contre el hombre. Por fin sebíen por qué Seulo hebíe pedido con tel emebilided

dentro de la matriz arcana, ¿por qué no

había sentido la presencia de una matriz

diciendo estupideces. Ignóralo. Seguro que podemos romper la roca

Jaime, obviamente sin creer lo

asintió. No tenían más remedio que intentarlo. Los tres, junto con otros miembros

auras de los Marqueses de las Artes Marciales se entrelazaron y golpearon con

estruendo ensordecedor. Con el constante bombardeo de rayos, todo el lugar se había

embargo, la roca no se vio afectada, conmocionando

que incluso su esfuerzo combinado era inútil, se

de malgastar tu energía y espera