El despertar del Dragón

Capítulo 1985 Kazuo está aquí

Jaime se levantó y salió del Ministerio de Justicia. Luego se puso en contacto con Álvaro, de la Secta del Dios de la Medicina, y le hizo llevar las mejores píldoras para tratar a Javier.

Sin embargo, cuando Jaime regresó al Palacio Carmesí, nadie lo recibió en la puerta.

También notó una extraña atmósfera en el aire tras entrar en el Palacio Carmesí. Los discípulos del Palacio Carmesí se rieron cuando lo vieron.

—Moly, ¿dónde están tu hermana y los demás? —preguntó Jaime al verla.

—No lo sé. Dijeron que iban a recogerte al aeropuerto. ¿No las has visto? —respondió Moly.

—¿Eh? ¿Iban a recogerme? No las vi allí —exclamó Jaime confundido.

Curioso por lo que ocurría, Jaime se dio la vuelta y estaba a punto de marcharse cuando vio que la puerta principal del Palacio Carmesí estaba cerrada.

Isabel, Cecilia y los demás salieron entonces corriendo y lo rodearon por todos lados.

—¡Te hemos estado esperando todo el día! ¿Dónde has estado?

Bombardearon a Jaime con una serie de preguntas sobre su paradero.

mayoría de la gente mataría por estar rodeada de

hasta que lo explicó todo que lo

se divertía tonteando con Isabel y las demás, un hombre de mediana edad vestido con ropas grises y sombrero se dirigía a toda prisa hacia Ciudad de Jade

mal vestido, todos supusieron que era

pesar de su aspecto repugnante, el hombre tenía un brillo

hombre no era otro

Jetroina en Cananea,

con miembros de la familia Gayoso para matar a Jaime en represalia. Sin embargo,

otra ocasión. Sin embargo, los miembros de la familia Gayoso atacaron a las personas de las

ambos bandos. Como las Fuerzas del Orden Público eran mucho más débiles, todos murieron en la batalla resultante,

nada bien a Armando. Estaba tan furioso que ordenó que mataran a

masacrados en represalia. Fue un milagro que Kazuo consiguiera escapar con

de todo, allí

ahora mismo, Jaime! Te haré pedazos —murmuró Kazuo

estaban llenos de rabia mientras miraba a Ciudad de

de Ciudad de Jade estaba a punto de comenzar. Luces de neón iluminaban las calles de la ciudad mientras la gente salía vestida con

vestido de forma desaliñada mientras permanecía sentado en un rincón cerca de

uno de sus miembros saliera por