—Señor Ono... —Kazuo, a pesar de ser una figura influyente y de haber trabajado como emisario, no tenía más remedio que permanecer sumiso a la gente del santuario.

Después de todo, estos santuarios ostentaban el más alto nivel de autoridad en Ciudad de Jade.

—¿Qué te trae por aquí, Kazuo? —preguntó Hiroichi.

—Señor Ono, sé quién asesinó a Marlo y Kawano —respondió Kazuo.

—¿Quién? —Al escuchar eso, el agitado Hiroichi se puso en pie.

—Fueron Romario Gayoso y Jaime Casas —dijo Kazuo.

—¿Es él? —Hiroichi le tendió una foto a Kazuo.

Kazuo le echó un vistazo y respondió:

—Así es. Es él. Este hombre es Jaime Casas.

—Es tan joven, ¿y aun así fue capaz de matar a Kawano? ¿Qué tan capaz es este hombre? —preguntó Maki mientras fruncía las cejas.

Tanaka, no estoy seguro de sus capacidades, pero estaba claro que yo, un Gran Marqués de las Artes Marciales, no era rival para él. —Kazuo les contó entonces su

Ono. Por favor, ayúdeme... —Kazuo les explicó todo porque quería buscar refugio en el

el veneno que

exudando

atreve un Cananeano a

blanco salió disparado e impactó en el cuerpo

envenenado. Jaime debe de haberte mentido

lo creía, pero antes de que pudiera terminar la frase, se dio cuenta de que

interrogando al señor Ono? —preguntó

no, no, no... —Kazuo sacudió la cabeza varias veces

Romario nos ha traicionado, quiero que te hagas cargo de la familia Gayoso. En cuanto al hombre llamado Jaime, haré que Maki se ocupe de él. No molestemos a la deidad con asuntos tan insignificantes —dijo

acuerdo, señor Ono —Mieko y Maki se levantaron juntos e

marcharan, el anciano que no había pronunciado palabra se levantó y abrió

su boca y voló de inmediato hacia

su cuerpo y lo metió

en el Santuario de las

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