El despertar del Dragón

Era el edificio más alto de Xenón y el más fastuoso, porque era el hogar del líder espiritual y emperador de Ciudad de Jade, Yusa Tasuku.

En ese momento, se encontraba ante las ventanas del gran salón, admirando la brillante luna.

Durante los dos últimos días, los acontecimientos en el mundo de las artes marciales de Ciudad de Jade le habían provocado dolor de cabeza.

De repente, Yusa sintió la presencia de alguien en lo alto del tejado del palacio.

Incrédulo, se quitó las gafas y las limpió. Luego se las puso y entrecerró los ojos para ver más de cerca. Sin embargo, no pudo ver a nadie.

Dejó escapar un largo suspiro.

«Este lugar está muy vigilado. No hay nadie en la azotea. Debo de estar viendo cosas, ya que no he descansado en los últimos días».

Yusa se acarició su característico bigote y se dispuso a irse a la cama por ahora.

«He trabajado tanto estos últimos días que estoy viendo cosas».

Al darse la vuelta, se quedó inmóvil, incapaz de moverse.

Había un hombre joven sentado en el sofá del salón, saboreando su vino tinto.

eres? —preguntó Yusa

entrada a ningún forastero. Además, era de noche, y las posibilidades de entradas no autorizadas

embargo, ¡este tipo se sentaba ahí con

—Me llamo Jaime Casas.

la copa antes

—Es un vino decente.

al que reconoció como el responsable de sembrar el caos en

—¿Qué haces aquí?

hablaba, se acercó al lado donde estaba situada una

que sólo conseguirá que mueran sus

de señalar el

—Por favor, toma asiento.

Jaime era

Jaime, luego retiró la mano que estaba a punto de pulsar la alarma y se sentó

te gustaría hablar?

esos obstinados artistas marciales de Ciudad de Jade se sometan a mi divinidad. Ya que he matado a Kawasaki, ¿a

ceño ante aquellas

asuntos del mundo de las

ojos de Jaime