Congelación

Como ambas habían acordado, Armando pasó la mano por la mesa y apareció un rayo de luz brillante.

Para sorpresa de René y Magnolia, pronto se materializó un libro delante de Armando.

La cubierta del libro estaba bastante envejecida y visiblemente desgastada.

—Lleven este libro a dondequiera que vayan, y asegúrense de no salir de los límites de Ciudad de Jade. Recuerden que nadie puede leer el libro, incluidas ustedes. Cuando vean a Jaime, entréguenle este libro. ¿Lo entendieron?

Al escuchar eso, René y Magnolia movieron la cabeza.

Eran incapaces de descifrar lo que Armando intentaba decirles.

«Jaime ya está atrapado en el reino secreto, así que ¿cómo vamos a verlo?».

—Eso es todo. Llévense este libro y váyanse. No se lo digan a nadie —les recordó Armando antes de hacer un gesto despectivo con la mano.

Magnolia se adelantó para tomar el libro. Tras guardarlo bien, las chicas salieron del Ministerio de Justicia.

Cuando ambas salieron, Cecilia preguntó de inmediato:

el señor Salazar les pidió que se quedaran? ¿Qué

Tan solo

a sus aptitudes, así que aquella explicación no suscitó

de Cecilia era seria mientras se

todas podamos trabajar diligentemente para perfeccionar nuestras habilidades de cultivo con el fin de ayudar pronto a

...

siguientes, las damas trabajaron duro para fortalecer sus habilidades de

seguían devanándose los sesos, tratando de encontrar una manera de salvar a

Magnolia estaban

sin separarse nunca. Magnolia llevaba el libro consigo a todas partes, siempre con

vagaban sin rumbo por las calles. A pesar de sus esfuerzos, no tenían ni idea de cómo iban

las palabras

que no conocen nuestro plan podrían pensar que estamos holgazaneando sin ninguna intención de ayudar a Jaime —dijo

momento estaban sentados en un rincón

dado el libro porque las dos tenemos aptitudes únicas y tenemos una forma de ver

reino secreto. Ni siquiera el señor Forero y los demás saben qué hacer —preguntó René, con los labios fruncidos por la frustración. Miró el festín que les habían servido, pero su

que les preocupa. Puedo

dos hombres de aspecto lascivo vestidos con ropa

lanzaron una breve mirada en su dirección antes de decidir ignorarlos por

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