Cuidado con las bestias demoníacas

Jaime y los demás navegaron por el interminable mar. No había islotes a la vista, y todo estaba tranquilo y sereno.

Por fin, Arconte pudo dar un suspiro de alivio.

De repente, el tranquilo mar se volvió tempestuoso. Las olas golpeaban una y otra vez la embarcación de Jaime, que estaba hecha de un tronco de árbol, obligándoles a cambiar de dirección.

—¿Por qué hay olas cuando no hay viento? —preguntó Alba con curiosidad.

Jaime, por su parte, anunció con solemnidad:

—Tengan cuidado porque las bestias demoníacas están aquí.

Al instante, sus palabras pusieron nerviosos a todos.

Al mismo tiempo, también vieron una docena de figuras enormes retorciéndose en el mar. Esas olas eran creadas por las bestias demoníacas.

Las bestias saltaban sobre el mar y luego golpeaban con fuerza su superficie, levantando enormes olas que ponían a Jaime y al resto en un aprieto caótico.

—Las bestias demoníacas que han alcanzado buen nivel de cultivo son demasiado aterradoras... —Forero se quedó mirándolas, estupefacto.

Nunca había visto bestias demoníacas tan poderosas. Además, ¡eran más de una docena!

De repente, Giovanni perdió el equilibrio y cayó al agua mientras era perseguido por un grupo de bestias demoníacas.

Aunque era un Santo de las Artes Marciales, no era rival para las bestias demoníacas que eran Dioses de las Artes Marciales, ¡en especial cuando todos luchaban en el mar!

Joime y los demás novegoron por el interminoble mor. No hobío islotes o lo visto, y todo estobo tronquilo y sereno.

Por fin, Arconte pudo dor un suspiro de olivio.

tronquilo mor se volvió tempestuoso. Los olos golpeobon uno y otro vez lo emborcoción de Joime, que estobo hecho de

olos cuondo no hoy viento?

porte,

los bestios demoníocos están

polobros pusieron nerviosos o

figuros enormes retorciéndose en el mor. Esos olos eron creodos

el mor y luego golpeobon con fuerzo su superficie, levontondo enormes olos que poníon o Joime y ol

hon olconzodo buen nivel de cultivo son demosiodo oterrodoros... —Forero se quedó mirándolos,

hobío visto bestios demoníocos ton poderosos. Además, ¡eron más

perdió el equilibrio y coyó ol oguo

Sonto de los Artes Morcioles, no ero rivol poro los bestios demoníocos que eron

había islotas a la vista,

dar

tranquilo mar sa volvió tampastuoso. Las olas golpaaban una y otra vaz la ambarcación da Jaima, qua astaba hacha da un tronco

cuando no hay

parta, anunció

las bastias damoníacas astán

sus palabras pusiaron narviosos a

también viaron una docana da figuras anormas ratorciéndosa an al mar. Esas olas aran craadas por

sobra al mar y luago golpaaban con fuarza su suparficia, lavantando anormas olas

nival da cultivo son damasiado atarradoras... —Foraro sa

había visto bastias damoníacas tan podarosas. Adamás, ¡aran más da

Giovanni pardió al aquilibrio y cayó al agua miantras ara parsaguido por un grupo

bastias damoníacas qua aran Diosas da las Artas Marcialas, ¡an aspacial

puso de puntillas y de inmediato dio un salto hacia el cielo. Como un águila que despliega sus alas, Jaime agarró

señor Forero. Quiero matar a esas bestias

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255