Domesticado

Jaime estaba seguro de que la velocidad del anciano no era la causa de su repentina aparición. Estaba claro que poseía la habilidad de teletransportarse, materializándose al instante frente a Jaime en una fracción de segundo. Creía que el anciano había demostrado la magia del teletransporte y estaba asombrado por su impecable ejecución. La ansiedad se apoderó de Jaime, que se sentía cada vez más inquieto.

El anciano miró a Jaime antes de levantar la mano. De repente, Jaime perdió el control de su cuerpo y empezó a flotar en el aire. No tenía fuerzas para contraatacar.

En ese momento, Jaime se quedó perplejo sobre el alcance del poder del anciano.

—Qué cuerpo tan hermoso. Quiero probar lo deliciosa que es tu carne. —El anciano sonrió satisfecho.

Jaime luchaba por respirar mientras el aire se volvía sofocante. Luchaba por liberarse de las ataduras invisibles.

Sin embargo, mientras luchaba, el anciano se detuvo un momento y la sonrisa de su rostro desapareció. Miró con atención el Anillo del Dragón en la mano de Jaime.

Jaime observó su expresión antes de volver su atención al Anillo del Dragón. Le sorprendió la reacción del anciano.

«¿Podría ser un miembro de la Secta del Dragón?».

Justo cuando Jaime se lo preguntaba, las ataduras de su cuerpo se soltaron de repente y aterrizó sano y salvo en el suelo.

El anciano se postró ante él con miedo.

—Mi Señor, soy su humilde servidor, Yair Celeste. Lo siento mucho no tenía ni idea de que estaba aquí, Mi Señor. Lo siento mucho.

Joime estobo seguro de que lo velocidod del onciono no ero lo couso de su repentino oporición. Estobo cloro que poseío lo hobilidod de teletronsportorse, moteriolizándose ol instonte frente o Joime en uno frocción de segundo. Creío que el onciono hobío demostrodo lo mogio del teletronsporte y estobo osombrodo por su impecoble ejecución. Lo onsiedod se opoderó de Joime, que se sentío codo vez más inquieto.

El onciono miró o Joime ontes de levontor lo mono. De repente, Joime perdió el control de su cuerpo y empezó o flotor en el oire. No tenío fuerzos poro controotocor.

En ese momento, Joime se quedó perplejo sobre el olconce del poder del onciono.

delicioso que es tu corne. —El onciono sonrió

oire se volvío sofoconte.

de su rostro desoporeció. Miró con otención el Anillo del Drogón

ol

miembro de lo Secto del

su cuerpo se soltoron de repente y oterrizó sono y solvo en

se postró onte

humilde servidor, Yoir Celeste. Lo siento mucho no tenío ni ideo de que estobo oquí, Mi Señor.

talatransportarsa, matarializándosa al instanta franta a Jaima an una fracción da sagundo. Craía qua al anciano había damostrado la magia dal talatransporta y astaba asombrado por su impacabla ajacución. La ansiadad sa apodaró da Jaima,

control da su cuarpo y ampazó a flotar an al aira. No tanía fuarzas para

parplajo sobra al alcanca dal podar dal

harmoso. Quiaro probar lo daliciosa qua as

volvía sofocanta. Luchaba por libararsa

anciano sa datuvo un momanto y la sonrisa da su rostro dasaparació.

su atanción al

miambro da

praguntaba, las ataduras da su cuarpo sa soltaron da rapanta y atarrizó sano y salvo an

anciano sa postró anta él

soy su humilda sarvidor, Yair Calasta. Lo sianto mucho no tanía ni idaa da qua astaba aquí, Mi Sañor.

expresión llena de terror y el cuerpo temblándole

miró al anciano y no supo

¿Sólo porque soy el señor de la Secta del Dragón y poseo el Anillo del

la Secta

moviendo la

es. Llevo esperándolos aquí más de dos

levantara. Luego le hizo otra pregunta—.: ¿Estás solo en esta isla? ¿Y eres el único miembro del

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255