El despertar del Dragón

Virgen

Evangelina estaba confundida.

—¿Qué quiere decir, Señor Casas?

—Um... Um... —Jaime estaba avergonzado y sin palabras.

—Señor Casas, puede decir lo que se le ocurra. —Evangelina no sabía qué pasaba por la cabeza de Jaime.

—Señorita Gabaldón, ¿la violé cuando estaba inconsciente? —preguntó Jaime.

—¿Violarme? —Evangelina estaba desconcertada—. ¿Cómo ha podido violarme cuando estaba inconsciente, señor Casas?

Jaime entró en pánico y soltó:

—¿Cómo le digo...? Sólo quiero saber si tuvimos sexo cuando yo estaba inconsciente.

usted? —Evangelina tardó un buen rato en darse cuenta de lo que acababa de escuchar. Para cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, se sonrojó y dijo disgustada—: Señor Casas, admito que siento algo por usted. Como ya me ha salvado la vida, puedo darle lo que quiera de buena gana.

nervioso cuando notó que Evangelina se había enfadado. Sabiendo que Evangelina no era la chica con la que se había acostado, se disculpó

decir eso. Es sólo que pensé que lo había hecho en mi sueño, pero lo sentí tan real.

siguió disculpándose, esperando que Evangelina

lo sinceras que eran las disculpas de Jaime, así que supo

a su alrededor? ¿No será que se siente solo

gesto rápido de desdén

muchas mujeres a mi lado, nunca

malinterpretara, Jaime

Jaime con ojos llenos de admiración. Teniendo en cuenta la cantidad de mujeres que tenía a su alrededor, nunca pensó que

Tiene más de veinte años

se mordió el labio