El enigmatico regreso

Capítulo 1050

Capítulo 1050 Corazón destrozado

Pronto, Isabella subió las escaleras y llamó a la puerta pacientemente.

“Neera, soy yo. He venido a verte. ¿Puedes por favor abrir la puerta? No te quedes solo pensando demasiado en las cosas. Estoy aquí contigo y puedes contarme todo lo que te molesta, ¿de acuerdo?

Al no ver respuesta desde el interior, intentó un enfoque diferente.

“Los niños te están esperando afuera. Si no sales, ellos tampoco se irán. Están realmente preocupados por ti. Incluso Penny está llorando…”

Dentro de la habitación, Neera escuchó sus palabras pero no respondió.

Ella estaba allí sentada con la mirada vacía, inmóvil, como una figura de madera sin vida.

Después de un rato, a Isabella se le secó la boca de tanto hablar, pero todavía no podía persuadir a Neera para que abriera la puerta.

Abajo, los mayores de la familia Park no pudieron quedarse quietos más e insistieron en subir las escaleras.

Jeremiah y Nadine, igualmente preocupados, los acompañaron.

“¿Está mi bebé adentro?” Mariah preguntó ansiosamente mientras se acercaba a la puerta.

“¿Podrías dejar de esconderte adentro? Niña, estoy aquí. Si tienes algo que decir, háblame, ¿de acuerdo?

Su voz era tan suave que era casi increíble. Mientras hablaba, presionó su oreja contra la puerta, tratando de captar cualquier sonido del interior.

lo que pase, todavía nos tienes. Estamos todos aquí para ti. Por

a poco, Gu Ning recuperó los sentidos en

sus sentidos. Escuchó las reconfortantes palabras del exterior y quedó momentáneamente aturdida, luego se dio cuenta de que ya no estaba

a sus abuelos, a sus tíos, a

se

indefensa como en aquel entonces. Abrir la puerta no significaba que tendría que

ese momento, sonidos de sollozos vinieron del exterior. Los tres

le destrozaban el

para levantarse de la cama. Se acercó y abrió la puerta, paso

entró a raudales, revelando innumerables pares de ojos llenos de preocupación y

la primera en correr y abrazarla, conteniendo

te protegeré. Quienquiera que te haya acosado, me vengaré de ti. No estés

aferrándose a sus piernas, llorando tan fuerte que apenas podían respirar.

no te

a papá y no quieres que lo encontremos, entonces tampoco querremos a papá”.

estés triste. Estaremos

repente sus ojos se pusieron calientes y llorosos. Su visión se volvió borrosa y las lágrimas corrieron por sus mejillas.

su llanto, Adriana no pudo contener sus propias lágrimas. Se apoyó

extranjero y la había adoptado, por lo que conocía mejor

puerta hace un momento, ¡sus ojos tímidos

pero no sabía qué hacer.

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