Capítulo 11

Cuando Kathleen terminó su frase, se subió al coche. Y se acurrucó en el asiento trasero.

No era lo que ella pretendía.

Ella había querido despedirse de él de buena voluntad antes de divorciarse, pero Samuel no dejaba de agitarle.

Samuel entró en el coche, se sentó a su lado y pidió al conductor que empezara a conducir.

No miró a Kathleen durante todo el viaje, pero sus ojos brillaron con emociones encontradas.

Cuando llegaron al fondo del condominio, tanto Kathleen como Samuel salieron del coche.

—¿Por qué subes? ¿No vas a ir al hospital para acompañar a Nicolette? —preguntó Kathleen con frialdad.

Samuel frunció el ceño.

—Kathleen, esta es mi casa también.

Kathleen frunció los labios y se dio la vuelta para alejarse.

Sabía que era la casa de Samuel, pero sentía que él nunca la había tratado como tal. Nunca se había preocupado lo suficiente por esta familia.

Samuel notó que Kathleen cojeaba al caminar.

Rápido la alcanzó a grandes zancadas, la sujetó por la muñeca y la atrajo hacia sus brazos antes de levantarla para llevarla.

En ese momento, la pequeña barbilla de Kathleen tembló un poco y sus ojos se llenaron de lágrimas.

No era una persona especialmente resistente. Desde que perdió a su madre y a su padre, lloraba muy a menudo. Sin embargo, siempre se aguantaba para que nadie se diera cuenta. Pero ante Samuel, no pudo evitar derrumbarse.

Rodeó su cuello con sus brazos mientras sus lágrimas caían sin parar. Era un espectáculo desgarrador de contemplar.

Samuel se ablandó al verla llorar.

—Qué bebé.

Kathleen frunció los labios.

Samuel la cargó y entró en el ascensor.

Kathleen seguía llorando.

Irritado, Samuel dijo:

—Deja de llorar.

Verla llorar le hizo sentirse frustrado.

Sin embargo, las lágrimas de Kathleen seguían fluyendo sin control.

cabeza y le besó los

que la besara de verdad. Por

la sacó

el umbral de su unidad de condominio, introdujo la fecha de nacimiento de Kathleen y

a

en

una crema medicada. Sabía que

se enfermaba a menudo. Además, a menudo chocaba con

piel es delicada, un

se ponía brusco en la cama, y la suave piel de Kathleen

si su futuro marido sería capaz de cuidar bien de ella dada

la cara de

no podía compararse con Samuel, aún podía cautivar a jóvenes ingenuas como Kathleen, que apenas

los ojos de Samuel

el hecho de que iba a perder a una dama tan hermosa, dulce y suave

crema en el

brazo largo y bien definido de él la sujetó con firmeza para impedir que escapara. Sólo aflojó su agarre cuando terminó de aplicar la

hasta el final de

el rostro ensombrecido,

—¿Por qué me evitas?

cuando ponía a prueba su

tapó con la

Ve y cuida de

muy cansada y quería

día habían pasado muchas cosas, por lo que necesitaba procesar todo en su mente y pensar en cómo podía acabar con

quería divorciarse primero antes de informar

puede renunciar a él al instante. Aunque le rompería el

aún llevaba un hijo, por

cuando te duermas —respondió Samuel

Kathleen le

no te quedes aquí

demasiado bien y demasiado mal

dormir. —La

eran muy visibles

sin que me lo digas —respondió Kathleen en voz

no

se acostó. Con voz ronca,

espero en el Ayuntamiento a las doce del

eso, cerró los ojos y pronto se

quedó mirando su pálido pero delicado rostro, y

ese hombre en verdad tan bueno? ¿Cómo pudo hacer que se desentendiera del amor de Diana por ella y tomara primero el

no ha

con su madre y

de pies a cabeza y sus rostros

vomitar, pero

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