Capítulo 24

Una vez terminada la obra de caridad, Sophie acompañó a Kathleen fuera de la casa de caridad.

-Te sigue doliendo la mano? – pregunto. Ella sacudió la cabeza y respondió:

-Ya no me duele.

Sophie se dio cuenta del estado de ánimo abatido de la joven y la consoló:

-Todo el mundo estaba como tú cuando fue voluntario aqui por primera vez. Aunque no se hayan encontrado con situaciones en las que los niños tuvieran episodios, sintieron lo mismo que tú cuando se enteraron de lo de los padres.

Kathleen se mordió los labios y pregunto:

-¿Qué posibilidades de recuperación tienen estos niños?

-Las posibilidades son escasas. Incluso si se han recuperado, todavía hay posibilidades de que se activen de nuevo -Sophie suspiró y continuó-: Por ahora, todavia no hay una explicacion definitiva de por que sucede esto. Tampoco hay cura para ello.

-Sra. Campbell, no sé cómo explicar mis sentimientos. Después de ver a esos niños y a sus padres, me preocupa que mi propio hijo también sea asi. Estoy siendo muy egoista? Lo primero en lo que he pensado es en mi misma después de presenciar lo ocurrido -dijo con tristeza.

Sophie le dio una palmadita en el hombro:

– Nina tonta. Es normal sentirse asi. Cuando te quedes embarazada en el futuro, sólo tienes que asegurarte de sentirte feliz en todo momento. Todo está bien si das a luz sin problemas. Deja de pensar demasiado.

«Sentirse feliz en todo momento? Quiero hacerlo pero estoy sufriendo», penso. Esa era la razón por la que Kathleen se sentia molesta. Le preocupaba que su sufrimiento afectara a su hijo.

-Eres una persona de buen corazón. Dios no te maltratara -consoló Sophie con voz suave.

-Sra. Campbell, me gusta mucho este lugar. ¿Puedo seguir siendo voluntaria aquí?

-¡Por supuesto! Siempre te daremos la bienvenida -asintió Sophie.

-¡Gracias! -Kathleen se alegró al pirlo.

En ese momento, un Mercedes-Benz negro se detuvo frente a ella. Federick se bajó del coche y habló:

-Kathleen, he venido a pedirte disculpas.

–Federick, zcómo está Madeline? – preguntó ella, desconcertada.

-Mi madre la está cuidando. No te preocupes, tiene experiencia haciéndolo -explicó. Sintiéndose aliviada, asintió.

seguir charlando. Yo tengo que ocuparme de algo, así que me retiro. -Dicho esto, Sophie se dio la

vuelta y se fue

Kathleen y

-Puedo invitarte a comer?

Mi familia me está esperando para cenar con

ella pudiera malinterpretarlo, así que continuo-: Entonces te llevare de vuelta a casa. Podemos charlar en el

-De acuerdo

puerta del asiento del copiloto y vio unos libros ilustrados para

Olvidé que

esos libros al asiento trasero. Kathleen temia que

Federick, no tienes que

una leve sonrisa, el

acuerdo. Estos libros son bastante

trasero. Pronto, Federick subió también al coche y se abrochó el cinturón de

-¿Dónde te alojas?

El se quedó atónito un momento antes de recuperar

-Claro, entendido.

fijó en algunos libros en el asiento trasero, asi

Federick ¿qué

se

mi empresa. El que estás viendo es un cuento que he escrito para Madeline. Un ilustrador hizo

le pareció

-Esto és interesante.

sonrisa, Federick

– ¿De verdad?

se ha completado

a publicar la secucla este verano, pero el ilustrador tuvo un accidente y no pudo seguir dibujando. No pude encontrar otro ilustrador que lo sustituyera, asi que la secuela tiene que

hay alguna razón por la que

preguntarte si serás voluntaria aqui la próxima vez -preguntó con calma. Kathleen asintió y

siempre que tenga tiempo

aliviado al

en sus propios mundos. Si hay una forma de despertar su interés

Kathleen siguió escuchándole:

tus palabras hoy. ¿Te molestará si te pido que

Kathleen respondió con amabilidad:

no. Federick, no tienes que ser tan educado cuando me

nada a

alegro de oirlo! No dudes

¿puedo llevarme este

te gusta. -Federick estuvo feliz de

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