Capítulo

Cobarde? Yo? La rabia apareció en el bonito rostro de Kathleen mientras la ira se cocia a fuego lento en su interior,

–Tu eres el cobarde! Divorciate de mi si tienes las agallas para hacerlo.

-No, no lo haré – Samuel Insistió sin compasión. No volverás a mencionar el tema nunca más.

– Asi que todavía no estas de acuerdo con el divorcio, ¿verdad? – Kathleen sacó su teléfono antes de entregárselo-Llama a Nicolette y dile que no te vas a divorciar, suponiendo que incluso tengas las agallas para hacerlo.

Una mirada ominosa cruzó los ojos del hombre.

– No tienes las agallas para hacer la llamada – Kathleen colgó el teléfono con una expresión de agravio en su bello rostro- ¡La única razón por la que insistes en no divorciarte de mi es porque intentas obligarme a donar mi médula ósea! Nunca lo haré. Ahora que la abuela lo sabe, haré que sea ella quien juzgue. Si interviene, tendrás que divorciarte de mi. -Con eso, salió de la habitación.

«¡Esto es exasperante! ¿Por qué este hombre cambia de parecer todo el tiempo ¿Por qué es tan dificil para mi conseguir el divorcio?>>

Mientras tanto, Samuel veía el teléfono que ella habia tirado sobre la cama con una mirada fria.

«Cada dia es más atrevida, pero no me apetece divorciarme de ella», penso. «Ahora que los demás miembros de la familia se han puesto de acuerdo sobre el divorcio, ya no tengo prisa, asi que decido mantener el estancamiento».

Kathleen se paseo por el patio, pues no queria estar en la misma habitación que él. Le resultaba asfixiante.

Wynnie llegó a casa al mediodia. Como ella y Calvin tenían una gran relación, se les veia juntos todo el

tiempo, lo que era algo que Kathleen admiraba.

Además, Calvin era un gran marido. Le llevaba cualquier cosa que le gustara cuando volvia de un viaje de negocios. A veces, creaba escenarios romanticos para ayudar a preservar su amor. A pesar de tener un gran padre como el para dar ejemplo, Samuel no aprendió nada,

Calvin preparó un pastel del que cortó un trozo y se lo ofreció a Wynnie antes de ofrecerle otro trozo a Kathleen.

-Ven, Kate. ¿No te gusta el pastel de fresa?-le entregó el trozo de tarta-. Puedes comer todas las fresas que tenga.

Gracias, papá – Kathleen estaba sorprendida por su amabilidad.

No tienes que darme las

tajada tan grande? Las mujeres de hoy en día tienen que mantener una figura esbelta. Al hacer esto, la estás obligando a

bueno para la salud, Mantener una figura

se encogió de hombros en señal de derrota, Kathleen sonrió con recato. «Calvin es un gran padre. Tengo mucha suerte de tener unos suegros como ellos. Pero, ¿por que tengo que

bufete de abogados

a

si no fuera por ti -se quejó Wynnie-. Hay un montón de tareas que todavia tengo que atender en el bufete, asi que tengo

casa antes -sugirió Calvin, poco dispuesto a separarse

sé. Estás haciendo un escándalo. No pareces para nada el presidente de una empresa. -A pesar de decirlo, Wynnie

serás la más dominante cuando estemos

dices, será mejor que te ocupes de tu hijo. Ha hecho algo que me molesta

paliza a

entonces. Me voy ahora.

Calvin se levantó.

-¡Espera, cariño!

se dio

– ¿Qué es?

antes de inclinarse para besarla en los labios. De

Wynnie, nerviosa a pesar de su habitual

asi que no pasa

vuelta para irse. Calvin se giró hacia un lado para

-¿Está bueno el pastel?

Kathleen asintio.

guste. Dime si alguna vez quieres volver a comerlo-Calvin se sento,

se pusiera

que rara vez mostraba esa laceta suya a su familia, por lo que Kathleen tampoco vela rue lado de el. Sin embargo, no podia evitar recordar la distancia que los separaba cada vez que

has estado discutiendo con Samuel-preguntó con calma–.¿Te

no cuenta como

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