Capítulo 129

Simón, lleno de entusiasmo, tomó su móvil y se apresuro a tomar un taxi hacia el hotel que Beatriz habia mencionado. Reservó una habitación y esperó ansiosamente.

Cuanto más lo pensaba, más se arreperitia: ¿no habría pedido demasiado poco con esos doscientos mil dólares? Después de todo, solo el coche de Esther valla más que eso,

Pero temia que, al pedir demasiado, la otra parte se negara a pagar y terminara sin obtener nada.

Para ellos, doscientos mil dólares no era mucho, pero para un actor de poco renombre como Simón, era una fortuna. Sin fans ni buenos recursos, ese dinerc le duraria bastante tiempo.

Y luego pensó, con una sonrisa astuta en sus labios, ¿quién dijo que iba a entregar todas las fotos a Esther?

Planeaba guardar algunas y, cuando se quedara sin dinero, volvería a pedirle más.

Estas jóvenes siempre son tan susceptibles, pensó, seguro que pagaria.

se sintió

y Esther

Beatriz, cuyos jeans negros ajustados resaltaban unas piemas increiblemente largas y una silueta perfectamente proporcionada, sobre la cual la mirada lasciva de Simón se detuvo un poco más

de lona sobre la mesa, y al abrirlo, aparecieron billetes de color rojo

mirada de Simón se desvió de Beatriz a los billetes, sus ojos se tornaron

soltó una risa fría: “¿Preferirias que hiciéramos

reflexionó un momento, en las peliculas, los criminales siempre prefieren el efectivo. Las transferencias eran más fáciles de seguir. Intentó tomar el bolso de lona, pero Beatriz le golpeó la mano con su pequeña

mano de Simón enrojecida. Furioso pero tentado por el dinero, borró las fotos de su móvil una a una delante de Beatriz. Ella revisó de nuevo el móvil, la nube y otras aplicaciones: “Tienes copias en

tengo

Simón, indicando con un gesto

Esther asintió

móvil en su

quieres, es tuyo. ¿Puedo llevarme

los brazos: “Llévatelo, compartelo con tus

miró

bolso y al revisar los billetes, se dio

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255