Esta Vez, ¡No Perderé!

Capítulo 170

Especialmente en estas circunstancias, más allá de las inquietudes vagas, lo que predominaba entre todos era la ira.

El médico personal de la familia Mangone, tanto el especialista en medicina tradicional como el de medicina modema, estaba recomendando a todos beber más agua para acelerar el metabolismo de la medicación. También les ofreció agua con glucosa.

El especialista en medicina tradicional revisaba a cada uno, asegurándoles repetidamente que eso no afectaría su… capacidad, que todo mejoraria en unas horas, y si no soportaban el malestar, simplemente deberían ir a casa y buscar consuelo con sus esposas.

A pesar de esto, las miradas hacia Lucrecia seguían siendo frias. Porque Lucrecia era su prima, dejando a Marcos y Toni, los hermanos, completamente deshonrados.

hasta hace un momento conversaba alegremente con algunos parientes de la familia Mangone, ahora tenía el rostro rojo de vergüenza, deseando expulsar a Lucrecia de la

dijo: “Lucrecia todavia es joven, no entiende lo que hace, es

tio abuelo frunció el ceño y dijo: “¿Una niña a sus veinte años? Eso no es excusa. Menos mal que fue esta

poderosos, o bien tenian gran influencia en el mundo de los negocios. Poselan poder y riqueza inmensurables, y nadie valoraba más su vida que

acto de Lucrecia dejó a la familia Mangone completamente avergonzada, Marcos se disculpó con los mayores, no quería ofender a ninguno de ellos. Su relación con Javier ya estaba arruinada. Esperaba contar con el apoyo de estos mayores en el

todo, algunos de ellos codiciaban la fortuna de la familia Mangone y siempre hablan querido derrocar a

darse cuenta del efecto de la droga, estas personas no harían un escándalo, ya que muchos atribuyen el impulso a la embriaguez después de beber. Entonces, podria buscar una oportunidad para estar sola con Javier. Beatriz habia sido llamada por Camila y tardaría en regresar, tal vez incluso corriera peligro de muerte. Si ella conseguía ganarse a Javier, la familia Moseinco podría, como en el pasado, parasitar de la familia Mangone y moverse

una victima, se sentó en el suelo cubriéndose el rostro y llorando dolorosamente. Pero este grupo estaba acostumbrado a ver mujeres hermosas y no les importaba en lo más minimo su llanto, solo les preocupaba si sus cuerpos sufririan

al abuelo Pablo. Sus palabras fueron similares a las de Marcos: “La joven no lo hizo con mala intención, todos somos adultos, no

por los sirvientes, luciendo

mal?” El tio abuelo que habia hablado anteriormente se rió con sarcasmo, “Durante todos estos años, te has dejado cegar por los recién / llegados, prefieres a los hijos de las mujeres de apellido Moseinco más que a tus propios nietos. ¡Mi cuñada solo dejó un hijo y el