“Por favor, perdóname esta vez”, suplicó Amy aún más. Aunque ella sabía que suplicar en este momento era demasiado arriesgado, si aceptaba hacer esto, él confirmaría su percepción equivocada de ella. Ella nunca fue ese tipo de mujer, una puta, una prostituta, esa no era ella. Su teléfono sonó en ese momento, luego su atención se desvió de Amy, que estaba arrodillada frente a él, y se centró en el teléfono que estaba sonando. Miró una vez más a Amy y luego se acercó a su teléfono.

Lo escogió y al ver quién era el identificador de llamadas, se sentó y contestó, la persona que llamaba era la única que podía tener las agallas para llamarlo a esta hora.

‘Hola, hijo’, se escuchó la voz de una anciana.

No quera tener conversacin con su madre delante de un extrao, fuera! Declaró y Amy se puso de pie rápidamente. La llamada la salvó, ella salió rápidamente.

Se había vuelto tan desestabilizada emocionalmente que no podía quedarse ni un minuto más en el club. Encontró a

quiere ir a

a irse a casa con ella.

la que persuadió a Amy para que viniera aquí, ¿cómo es posible que la dejara ir a

la Sra. Alessandro, su madre al teléfono, ‘¿cómo te va, madre?’ l pregunt, aunque tena una idea clara de por qu

promesa que me hiciste? Sabes que solo me quedan nueve meses de vida, pero no traerás una esposa a casa”, dijo la señora Alessandro. Suspiró, ya sabía que su madre no tenía nada más que decir aparte de eso. Ella nunca se cansa de decirle que traiga a una mujer a casa como su esposa, pero cómo es eso posible, a pesar de que la única mujer a la que alguna vez amó mucho estaba muerta. No estaba dispuesto a vincularse con ninguna mujer, no después de lo que descubrió sobre su difunta esposa, la única mujer a la que amó. Solo le había hecho la promesa a su madre de casarse con otra mujer cuando ella estaba enferma. La señora Alessandro tenía cáncer de estómago y, según el médico, moriría en nueve meses, pero lo único que quería era que su hijo se casara con otra mujer nuevamente. ¿Cuánto tiempo seguirá su hijo llorando a una mujer muerta? Para no poner en problemas a su madre enferma, dijo: ‘Llevaré uno a casa pronto’. ‘No lo creo, siempre te encuentras diciendo ‘pronto’. Si no traes uno a casa antes

‘Madre’, llamó,

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