NARRA ALEXANDER 

Me resultaba dificil de creer que Sarah estuviera hablando en serio sobre nuestra separación, no tenia a dónde ir ni con quien acudir, 

jamás conoci a su familia y tampoco quiso hablarme de ella. 

Alllegar a casa encontré a mi hermana terminando de probarse la nueva colección, me pregunto si estuvo aqui toda la tarde hasta estás horas de la noche. 

— ¡Alex! Déjame decirte que la nueva colección está espectacular, estoy ansiosa porque sea el lanzamiento lo más pronto posible. – 

Gina hablaba con evidente emoción, tal y como lo hacia después de probarse todas las prendas de las nuevas colecciones. 

–¿Sarah está en la habitación 7 -ignorando a mi efusiya herniana, pregunté allojando el nudo de la corbata. 

Desde que entré por la puerta no he escuchado ni un solo ruido de Sarali, aunque se que está en casa porque su auto está aparcado allera. 

– Ella no está. -respondió mi hermana tajante volviendo con su equipo de vestuario. 

Tamiré confundido y en desconcierto total, ¿cómo no iba a estar en casa si su auto está aqui? Pronto nuceno se relajó al entender lo 

que estaba pasando, mi hermana me estaba jugando una broma, seguro queria jugar con mi poca paciencia. 

No quise perder más tiempo con Gina cuando ella adoptaba un comportamiento inadecuadamente inmaduro, no estaba de humor para su niñeria. Subilas escaleras hasta la habitación. 

– Sarah. – le llamé al no verla cerca, entre al baño pero estaba vacio, no habia rastros de ella por ningun lado, todo parecia intacto como lo dejé antes de irme a la empresa. -Sarah, ya estoy aqui, vamos a hablar. 

Me saqué el traje, dejándolo en el guardarropa, donde entré a ver si estaba, esfumé cualquier idea de Sarah lejos de casa al ver toda su ropa donde siempre y la maleta que se llevó para sus vacaciones de una semana que terminaron siendo dias. 

Volvi a la habitación y algo llamó mi atención, eran las llaves del auto de Sarah junto a las tarjetas de crédito sobre la cama, ¿qué hacian aqui7 Ella era tan ordenada con sus cosas, jamás dejaria esto aqui. 

Abri su gaveta donde guarda sus pertenencias importantes, para guardar sus las llave y tarjetas, entonces, mi corazon se encogió al darme cuenta de un pequeño detalle. 

Sus papeles, sus documentos, las joyas que guardaba bajo siete llaves, todo habia desaparecido, ¿ella realmente se fue?; Mi 

hermana decia la verdad? 

De pronto senti una opresión y mi mal humor aumento de solo pensar que ella se habia ido de casa, lo hizo, pero, a donde?; Con 

quién? No se había llevado ni un dólar y por más que le daba vueltas al asunto, no lograba entender como es que cumplio su 

palabra. 

Después de todo, no podia mantenere indiferente a ella después de dos años de matrimonio. 

en toda la noche, era la primera vez que dormia con una sensación

relajada de Sarah mientras

ya se había enterado de lo sucedido y maldije a mi

de la mañana, cuando yo iba de salida

es la decisión más sensata que has tomado en años, esa ninita

pero se nota que es una pobre, no está a tu nivel,

madre sin apartar mi vista de ella.

nu madre no

tiempo han pensado asi de

carcado por el modo en que

esposa, ella no tenia derecho de

manera 

el rostro de mi madıe no se

Sp 

decisión por un motivo de peso. Y por lavor, notables asi della

unoxidy 

habla mejor de ella que los millones que le hacen falta para

un mejor partido, al fin y al cabo es una

casa, antes

lo que menos le importaba era mı dinero, las tarjetas que le di para sus

centavo, ella se caso conmigo por amor y

y su primera decepcion.

la cuenta de cuantos tragos llevaba, queria eliminar la desapradable Sencion del remordimiento, mas de un dia sin saber de ella, si está bien u con quien esta, su celular sonaba fuera de servicio y los mensajes no los recibia, me

se apresuro a abrir la puerta

miren, estas bebiendo por la desabrida

esperando en mi apartamento.

ultima persona que queria ver, Suschantajes me tenian

le pregunte con voi gelida a mi empleada y se acerco con evidente panico en su rostro,

mi personal. – Está bien, no importa, continue en

lo que parecia ayer mientras me hacia tuya. de

a mi oficina, cuando

imagen de su rostro decepcionado, sus ojos inundados de lagrimas, la manera en que me veia con ascoy

darle una explicacion, no habia nada que justificata mu infidelidad. Esano l’alumne en

mios. Comieti un grave

merecia. 

boca, Rachel, sabes muy bien porque me acoste contigo y

trago

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