ALEXANDER.

Los dias en Doinel, bajo el mando del infeliz de Paul, se convirtieron en mi peor tortura, no solo porque tenía que soportar la notable ausencia de mi hada, sino porque no había un dia que ese desgraciado no buscara el más minimo detalle en cada una de las prendas de Lancaster Collection para hacer que cambiara los diseños en los que Jimena ha estado trabajando arduamente dia y noche.

Defendi a mi personal, recordándole a Paul una de las tantas cláusulas del contrato, donde la casa de moda Doinel, le daba libertad de creatividad a los diseñadores, pero terminó escudándose en que la última palabra la tenia el director general de Doinel y que los colaboradores debian modificar los diseños si este no le parecia adecuado para la colección.

Es que no cabe duda de que no tiene la más minima idea de donde está parado y aunque tuviera años de experiencia siendo encargado de una de las empresas, no tenia conocimiento de como sobrellevar una casa de moda tan prestigiosa, la empresa le quedó grande, estaba desperdiciando recursos y tiempo en una guerra personal que terminaria perdiendo tarde o temprano.

Ganas no me faltaban de dejar el proyecto de Leonardo Doinel tirado a la basura por tal atropello, pero le hice la promesa de no “defraudarlo y aunque estuviera ausente, iba a mantener la promesa bajo cualquier circunstancia y más aún, cuando Sarah y Tristán eran

lo más afectados, además, estando en la empresa, podia mantenerme alerta de cualquier plan que Paul estuviera maquinando con su madre, porque si de algo estaba seguro, es que no se quedarian tranquilos hasta hacerles el mayor daño posible y eso no lo iba a permitir.

Sr. Lancaster, se me está agotando la paciencia, los colores de ese diseño no están en sincronia con la colección. Quiero un cambio en media hora.-Paul llegó al taller donde Jimena trabajaba con una de las modelos de prueba en el cambio más reciente y se detuvo para mirarlo con desprecio.

La paciencia se me estaba agotando y la de mi diseñadora también, esto no era un juego y él lo estaba tomando como eso, nos estaba saboteando descaradamente.

– Sr. Dubois, si tanto sabe de diseños y colores, ¿por qué no lo hace usted? ¿Está poniendo en duda mis treinta años de experiencia como diseñadora? -Jimena no pudo quedarse callada un segundo más y le respondió con altaneria a Paul. Bien dicho.

Paul le dedicó una mirada gélida a una alterada Jimena y cuando abrió la boca para hablar, me levanté de mi asiento interrumpiendo cualquier estupidez que estuviera a punto de decir,

-Piénselo dos veces antes de dirigirse a mi diseñadora, usted cree que el éxito de mi empresa se debe a mil cambios de mi parte, sin tener la menor idea del exhaustivo trabajo y creatividad de mis diseñadores? Si no tiene conocimiento sobre diseños exclusivos de moda, mejor no opine. Me temo que esta vez no podré complacerlo, el color se queda tal y como está. -lo enfrenté sintiéndome irritado con su sola presencia, ya no iba a permitir que siguiera saboteando el trabajo de mi equipo, eso solo retrasaria el tiempo estimado de la

colaboración.

Paul me miro desafiante y sonrió de medio lado con sorna.

de mi empresa, pero le aviso desde ahorita que eso ninguno

logrado por sus propios méritos? ¡Nada! No me joda la paciencia y déjeme trabajar, porque a diferencia de usted, yo si obtengo mis logros limpiamente, sin necesidad de quitarle nada a nadie.-lo encaré sin

Sarah, la clase de hombre con la que termino cansandose. Es una masoquista y tan débil de mente que se dejó engatusar por

insultara si eso queria, pero

tomé del cuello de su traje y lo estampé con fuerza contra la pared, queria borrarle la sonrisa de

decisiones sin necesidad de engatusarla como querias hacerlo tú para quitarle toda su fortuna y fue inteligente al no aceptar nada de ti. Si hablamos de artimañas, hablemos del documento que le hiciste firmar a Leonardo con engaños. No, mejor hablemos de como fracasaron tus planes con Sarah y tuviste que recurrir a la bajeza de quitarle la empresa en el momento más doloroso de su vida. -escupi cada palabra con repudio en su cara y se quedó callado, sonriendo como si estuviera orgulloso de la asquerosidad que hizo. -Ella y yo nos vamos a casar y tu no podrás hacer nada para impedirlo,

subió a la cabeza y no pude detenerme a pensar en lo que salla de mi

y solo asi su asquerosa sonrisa se borró

lo que decía, estaba tan lleno de ira, que no era capaz de escuchar con claridad a

se acomodo el traje que quedó arrugado por mi violento agarre y volvió a

Lancaster, sin más se retiró campante, dejando el taller de Jimena con el ambiente tenso. No supe a qué se referia con eso, no sabia si era una advertencia o

extremos, de haber sabido que iba a reaccionar de esa manera, simplemente modifico el color del vestido, aunque me muera de la rabia,

-le aclaré a Jimena para que dejara de sentirse culpable, aunque era inútil, la pobre mujer tenía los nervios de punta, se notaba agraviada.

atrevia a hacer tal cosa después del caluroso enfrentamiento con Paul. Trabajas

asintió con su cabeza antes de volver con las modelos

cosas.

más en este lugar, estaba muy tenso y solo existia

al pasar por la oficina de Paul, me detuve

el celular de mi bolsillo y activé la grabadora. -Te he dado dinero suficiente para que tengas una vida de lujos, no recibirás un solo centavo más de mi parte, estoy haciendo demasiado por ti al prestarte los servicios de mis abogados. -ahora sabia que el caso era tan serio con la mención de sus abogados, suponía que se trataba de los Richman. -No estoy de humor para soportarte… Mira, me importa cinco que no puedas disfrutar del dinero, sabias el riesgo que corrías y aun asi aceptaste. Y ni se te ocurra amenazarme

me apresuré a guardar la grabación mientras me alejaba de

descubierta, Paul se vio acorralado a tal punto, que les pagó a sus abogados para que se encargaran de su caso y,

muy útil para hundir a Paul, este era un momento crucial y ahora más que nunca debía proteger

familia.

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