perdida Salo

odna pasar

Capítulo 410

En su habitación, David tenia el móvil en la mano, giró un poco para mirar el reloj en su mesita de noche

La sabana se deslizó un poco de su cuerpo, revelando las curvas de su espalda Usó el control remoto para abrir las cortinas, la luz de la mañana entró de golpe, iluminando toda la habitación, los rayos de luz hacian visible cada particula de polvo en el aire.

Su rostro tenia una belleza y nobleza innatas, acababa de despertar, su cabello estaba un poco despeinado pero no restaba nada a su atractivo. Esa expresión de pereza, con solo una mirada, era suficiente para crear una atmósfera encantadora.

“Y bien? ¿Estás listo?”

Echo las sabanas a un lado, se sentó, mostrando su pecho y abdomen firmes. Se puso una bata con una mano, se levantó, sus abdominales marcados pero no exagerados se movian con cada uno de sus movimientos, las lineas de su musculatura eran muy visibles, un contraste con su usual apariencia de traje y corbata, reservada y sobria.

Ato la bata y se acercó a la ventana escuchando a Selena.

Selena miró a Rosa entrar al comedor, sin darle importancia, dijo: “Si, ya estoy lista, así que pensé que podria relajarme un poco.”

Rosa se sentó frente a ella sin mostrar ninguna emoción.

noche le llevare a

una pausa, luego preguntó: “¿Acabas de levantarte?”

No puedo dormir

no hay nada más, voy

“Está bien.”

el sirviente le

la

“Esta bien.”

Respondió Selena con indiferencia, echó un vistazo casual a Rosa, luego bajo la cabeza para empezar a desayunar.

apartó su propio desayuno, que apenas había tocado, y subió las escaleras.

escritorio la fórmula completa del perfume que obviamente acababa de

que ella en el piano, era mejor en los estudios, era más habilidosa en la creación

sin nada, si no hubiera sido por su belleza y habilidades, ¿cómo habria permitido la familia Morales que

uniera a ellos?

ni antecedentes destacables tenía todo al llegar, mientras que ella tenia

¿Por qué ella?

quería, ¡seria suyo! Y si no podía

y David regresaron

hicieron. Desde que David le

patio trasero, su lana era suave, de un blanco limpio. Sus ojos eran

de perro

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