Capítulo 1702

Fina gritó su nombre, pero Selena no se detuvo. Fina tuvo que correr detrás de ella para alcanzarla.

Justo cuando Selena salió de la casa, la figura de David entró en su vista.

Estaba a punto de hablar cuando Fina la alcanzó.

“¡Selena!”

Su respiración estaba entrecortada.

Ella la miró, pero Fina le arrebató la empanada caliente que llevaba en la mano.

“¿Por qué corres tan rápido? ¡Esto es mío!”

El calor de la empanada desapareció de sus manos y Selena vio cómo Fina se la llevaba,

Fina la miró con recelo, como protegiendo su comida.

“Te noté extraña desde hace rato, ¿qué estás planeando? ¿Te arrepientes del regalo que diste?”

Selena permaneció en silencio.

David ya estaba a su lado. Su mirada entre Selena, Fina y la empanada.

Él pausó un momento, echó un vistazo a Selena y luego desvió la mirada.

Aunque parecía normal, solo él sabia del reproche y dolor en esa mirada, algo que no podía soportar por mucho tiempo.

Fina, ajena a la tensión entre ellos, los escudriñó antes de decir:

“¿No vas a dormir conmigo esta noche, verdad?”

David la miró de reojo.

La chica se encogió de hombros indiferente, “¡No hay nada cómodo en dormir con una mujer! Olvidalo, vete. Te buscaré mañana.”

“¡Fina!”

La Sra. Bolaños, que acababa de llegar, reprendió a su hija por su actitud descuidada.

Fina gruñó, dio media vuelta y regresó a la sala.

La Sra. Bolaños se disculpó con David y Selena antes de despedirlos..

su esposo, subiendo al auto y sentándose en el asiento del

que conducía, fue el primero en romper el

bien esta

era una pregunta retórica, sentía la necesidad de

asiento y

frunció los labios,

su teléfono y comenzó

música alegre llenó el

del estilo de

David no pudo evitar sonreír.

actuar coqueta frente a

seguía sonando y David

lo miró, miró por la ventana con una expresión

Él suspiró.

“Puedo explicar esto.”

no

fue mía, fue de José.”

giró, pero

siempre está donde se le necesita.”

tocó la frente, “Fue

sabe complacer a las mujeres,

sonaba un

quedó en silencio por un momento, “Es hora

mucho tiempo ayudándote a

luego lo miró,

la idea de hacerlo?

en el costado

mirándola con

dijiste? Dilo otra vez.”

corazón, no se atrevió a hablar más, bajó la vista hacia su teléfono móvil y con un toque de su dedo, subió el volumen de la música

araño, pero

letra de la canción apaciguó instantáneamente la ira de

frotarse las sienes una vez

te corteja. Si no me

temblaron, ella sabía eso por supuesto.

¿ese era el problema

¿por qué no me dijiste antes que el regalo era ese?”

sin más opción, respondió con honestidad: “¿Podrías haberlo regalado si supieras lo que

gustaría? ¿No pensabas dármelo?”

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