Capítulo 8

-Cuando nos comprometimos te escuché hablar con Dimitri, le dijiste que no era hermosa como mis hermanas, que estaba gorda, tenía acné y los dientes torcidos. Solo tenía trece años y estaba triste porque me alejaron de la única persona que en verdad me amaba y tú me despreciaste. 

Mikhail recordó la escena, en ese momento quería molestar a su hermano, pero al escuchar las palabras en boca de Jelena, pensar que ello lo escuchó lo impactó y se sintió muy avergonzado, nunca debió decir aquello, la había lastimado. 

–Yo… Lo lamento mucho, no pensé que escucharías eso, estaba molesto por varias cosas y quería fastidiar a mi hermano. -Levantó la mirada buscando las palabras adecuadas para disculparse -. La gota que rebasó el vaso fue el hecho de que Dimitri arreglara un nuevo compromiso para mí, intenté voltear las cosas a mi favor quejándome -expresó con mucha vergüenza. 

-No me interesan tus malditos motivos, tal vez te hubiese perdonado, pero continuaste humillándome todos estos años con cada mujer que me restregabas en la cara, ahora me toca devolverte el golpe -se rio con sarcasmo-. Me imagino tu cara cuando Dimitri y Alexander te llamaron para reclamarte tu proceder. Hubiese querido estar allí mirando por un agujero en la pared cuando te informaron de que el polvo de la noche anterior se lo echaste a tu prometida. 

-No te entiendo, ¿acaso no sabes cuánto de ese escándalo cayó sobre ti? 

-Me tiene sin cuidado lo que diga la gente, de esa manera me aseguré que no buscarías otra excusa para romper el compromiso, además, mi padre también merecía pasar un poco de vergüenza. Él fue quien me comprometió contigo para empezar, me abandonó, me alejó de mi hermano. Hace muchos años me prometí a mí misma que no dejaría golpe sin devolver, así que estás advertido, novio: soy vengativa y rencorosa como pocas. 

Mikhail estaba asombrado, no tenía palabras para responder a su prometida. Así que, meneando la cabeza, salió de la habitación, tenía mucho en que pensar. ¿Cómo se habían torcido las cosas hasta ese extremo? Es verdad que había salido con mujeres y había tenido su ración de amantes, pero no se consideraba promiscuo. La mayoría de sus citas no terminaban en sexo, pero la prensa amarilla se apresuraba cuando se trataba de publicar rumores sobre él y sus hermanos. Nunca les prestó atención, pensaba que preocuparse por eso era darles poder. Jamás se imaginó que Jelena mirara ese tipo de prensa, ni mucho menos pensó que podría importarle. Era una niña cuando se comprometieron y, aunque es verdad que durante los primeros años él no tuvo interés en verla, era porque quería darle su espacio para que creciera, estudiara, se desarrollara como persona antes de entrar en un matrimonio concertado. En los últimos años sí la había buscado, pensó que era bueno que fuesen conociéndose, tal vez no debió aceptar las excusas y haber insistido. Lo que él pensó que era consideración, ella lo tomó como indiferencia. Había un abismo de resentimiento entre él y su futura esposa y sentía que le costaría mucho cambiar esa situación. No quería vivir en un infierno de matrimonio y sabía que, si no lograba amansar a esa fiera, eso era lo que ocurriría. Recordó el día de su compromiso cuando salió del despacho de Dimitri para buscar a su joven prometida. La pobre chica se veía asustada, su mirada era como un cristal que revelaba todas 

sus emociones y él pudo ver con claridad el miedo y el desconcierto en sus hermosos ojos. Quería hablar con ella para tranquilizarla y asegurarle que todo estaría bien. Su corazón se conmovió al verla correr detrás de su padre, tan pequeña y desamparada. «¡Maldito seas, Ivan Smirnov!», le increpó mentalmente. El hombre era malvado, ¿cómo era capaz de hacerle eso a su pequeña? Su deber como padre era proteger a sus hijos. «Sobre todo a las niñas, que son las más vulnerables», pensó bastante molesto. 

situación. Estaba seguro de que le habría prometería cualquier cosa con tal de que se calmara. Pero, no lo hizo, cuando vio a una de las doncellas pasar le hizo una señal para que se acercara

como consolar a su prometida, ella era lo que Katerina llamaba un alma generosa, capaz de reconfortar hasta a

Y su error le costó años de

*** 

se sintió al ver a su padre marcharse y abandonar en una casa desconocida. No supo que hacer, así que con mucha vergüenza regresó sobre sus pasos

desconsolada por el miedo y la tristeza. No estaba de acuerdo con la forma de hacer las cosas de Iván Smirnov, pero por lo que Dimitri le contó, lo que hacían era lo mejor para la chica. Su sorpresa fue mayúscula cuando en lugar de la tristeza

bien? -preguntó la

lo estaré -respondió Jelena tratando

clase de hombre que era su sobrino, sin embargo, no pudo evitar levantar su barbilla desafiantemente, sin darse cuenta de la vulnerabilidad que transmitía.

vayas a Inglaterra con tus hermanas? -¿Hermanas? Yo solo tengo una hermana, Katerina –respondió Jelena mirando a su Alexandra con una

como contarle la historia de Iyanna y de Katerina. Debía tener cuidado con lo que dijera ya que había muchos secretos entre

de la mía que debes saber -dijo cariñosamente. La chica la obedeció y se acomodó a su lado, ¿qué podría contarle de su familia que ella no supiera? – ¿Sabes que tu papá tuvo, aparte

se divorció? -Alexandra decidió empezar desde el principio, Jelena asintió con la cabeza animándola a proseguir-. Su primera esposa, Catherine, le dio dos hijas, Ivanna y Katerina… -empezó a relatar Alexandra antes de ser

entendía la referencia de Mikhail a que no

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