Capítulo 26

 Jelena sintió su alma caer de la impresión. «¡No, no, no!», gritaba en su mente. No podía estar einbarazada, no quería estar embarazada, «no en este momento, no después de lo ocurrido ese día» se dijo a sí misma. Además, su matrimonio tenía fecha de caducidad y si estaba embarazada no sabía si Mikhail la dejaría ir. Esa no era la vida que quería vivir. Quería tener un gran romance y casarse por amor, donde sus hijos fueran criados al estilo occidental, como Gema. Que tuvieran el derecho a tomar sus propias decisiones, a elegir lo que querían hacer con sus vidas. Había imaginado que después de su divorcio, volvería a Durham, trabajaría, conocería a alguien, se enamoraría y se casaría. Quería su casa con cerca blanca, un esposo con quien envejecer, dos hijos, un perro y algunos gatos. Una vida normal, con preocupaciones normales, que sus decisiones fueran qué haría de cenar o qué película quería ver en el cine. 

Estaba cansada del estrés que significaba hacer las cosas correctas para su cultura, la frustraba no poder hacer lo que en realidad deseaba y ahora estaba más atada aún. Quería seguir 

estudiando, graduarse, trabajar y ser independiente. 

-Jelena, ¿te encuentras bien? -preguntó la doctora ante el silencio de su joven paciente. 

-Sí, lo lamento, me impresionó la noticia, no me lo esperaba. De hecho, estoy tomando anticonceptivos -respondió Jelena con mil preguntas bullendo en su mente 

-En un rato deben traer el resultado de los exámenes, pero no te preocupes, no creo que el episodio de hoy tenga consecuencias en el feto ya que estás en las doce primeras semanas. Debes parar los anticonceptivos inmediatamente y tomar algunos suplementos alimenticios. 

Jelena asentía ante cada indicación de la doctora, pero su mente estaba muy lejos de allí, en las decisiones que debía tomar. Sabía que tendría a su hijo, de eso no había la menor duda. Mikhail lo querría y sería un buen padre, con los niños era paciente y amoroso, lo veía cuando estaba con sus sobrinos. 

La enfermera volvió con los resultados de los exámenes, sacándola de sus pensamientos. La doctora leyó detenidamente la hoja, antes de levantar la vista. 

– Jelena, sí fuiste drogada, con escopolamina[1], mejor conocida como burundanga o polvo zombi. Por los síntomas que presentabas era lo que sospechaba desde el inicio, mientras no se repita la dosis, una sola debería ser inocua para el feto. Ya el hospital dio parte a la policía y deben estar al llegar, ¿quieres llamar a tu esposo?-preguntó amablemente la doctora. -No, Mikhail está de viaje –respondió la joven. 

tal vez?-insistió la galeno.

estaré

y la cita que tenía con Benjamín O’Brian. Le preguntaron si podía ir hasta la estación de policía para forinalizar la

se dedica a excitar a los hombres para luego dejarlos -le gritó en medio de la estación. Jelena sintió una profunda vergüenza,

que me hiciste

las palabras de Benjamín antes de que los policías lo

nuevo? Necesitamos mostrarle algo -le pidió suavemente la misma oficial que la atendió

que sea necesario para que pague por lo que me hizo. Entraron de nuevo en la

algunas usted estaba desnuda o semidesnuda. Creemos que fueron hechas con el fin de chantajearla, ya que no fueron subidas a ningún sitio web, solo se compartieron con una

asistente de

casa y en su trabajo. Estoy segura de que todo se resolverá, ahora quiero que vaya a casa

-Pagarán, no se preocupe -aseguró la detective-. Tiene usted una gran fortaleza y ha sido muy

por favor. manténgame informada -insistió

con preocupación. -Sí, Benjamín me tendió una trampa, creo

Jelena! Qué gente

para hacerlo, otro día lo haré. La detective dijo que serían usadas como pruebas para acusar a Benjamín.

necesitan algo me llamarán, por el momento llévame a casa, por favor.

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