Capítulo 41 

La vida de Jelena en la finca de los suegros de Ivanna estuvo cargada de tranquilidad, al fin pudo relajarse y mantener una rutina cotidiana que la ayudó a equilibrar sus emociones lo que para ella fue algo positivo porque necesitaba fortaleza para enfrentarse a Mikhail 

Al fin pudo dormir por las noches, se levantaba muy temprano para hacer el desayuno, comía con su hermano para luego despedirlo cuando este salía al instituto. Karlen comenzó a estudiar en la escuela local. 

Jelena pasaba el día dando largos paseos alrededor del lago, daba de comer a los patos, leía sobre ser madre y se metía en la cocina con Miranda y la cocinera para aprender a cocina. 

Su embarazo avanzaba con lentitud, y su vientre ligeramente redondeado era el único indicativo de que su hijo crecía en su interior. No tuvo ningún malestar, no supo lo que eran las náuseas por lo que se sintió muy afortunada. Miranda le recomendó a una doctora amiga para que la atendiera en su embarazo y la acompañó a la consulta haciendo el papel de madre sustituta 

El día anterior al cumpleaños de Karlen le hicieron la primera ecografía del bebé, tenía cuatro meses y medio de embarazo. Estaba un poco nerviosa mientras la doctora Wash esparcía el gel sobre su abdomen, Miranda tomó su mano en el momento en que la doctora colocó el aparato sobre su vientre. Un pum, pum, pum, resonó en la estancia sobresaltándola. Ante la cara de asombro de la joven madre la doctora sonrió. 

-Es el latido del corazón de tu hija -explicó la doctora. Jelena abrió aún más la boca y la risa de la mujer se escuchó en el consultorio 

por todo el abdomen de Jelena. La joven miraba embelesada la pantalla con el corazón embargado del más profundo amor. Cuando su hija levantó la mano como saludándola,

niña. Un instinto protector creció feroz en su pecho, su bebé estaría siempre segura y protegida, ella se encargaría de eso. Su hija no sería obligada a casarse, sería libre y

leona para proteger

gama de emociones que pasó por el rostro de Jelena, había, amor, ternura y mucha fiereza, su experiencia le dijo que la bebé que estaba por nacer seria amada y protegida, no habría mejor madre que la joven que sostenía su mano en

completo, Gael, Ivanna, Gema, Billy

Karlen, quién estaba feliz de reunirse de nuevo con la familia que tanto quería. Sus sobrinos y hermana eran muy importantes para él y los

abrazarla, necesita asegurarse de que estaba bien, al tiempo que quería ahorcarla por haberla dejado de lado cuando sabía que necesito de su apoyo. También porque la había extrañado un mundo. Aunque entendió sus razones para no hablar con ella, quería zarandearla por tenerla alejada. Una vez que sus brazos la rodearon sintió el vientre abultado de su tía y la soltó de inmediato. -¡Demonios!, ¡estás embarazada! -exclamó asombrada. -¡Gema! –la reprendió Ivanna -Los niños… -dijo señalando con los ojos a Billy y a Sarah. -Como si papá no dijera demonios todo el tiempo -respondió Sarah con voz dulce, con lo que Gael se ganó una mirada

Gema molesta. -Porque yo le pedí que no se lo contara a nadie -respondió Jelena con tranquilidad. -Yo no soy nadie, soy tu sobrina, una de tus mejores amigas -replicó Gema refunfuñando. -Lo sé, cariño, pero necesitaba ese tiempo, aun lo necesito.

entre nosotros por tu relación con Mikhail. Creemos que es algo que deben resolver ustedes. – Gema pensó un momento con un dedo en los labios- ¡Al

reproche, mas no pudo contener la risa. -Gracias, me gusta tu solución, por algo eres de mis mejores amigas -dijo Jelena con

Jelena volvieron a extenderse hacia Gema, al separarse, buscó la mirada de su hermana antes de

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