Capítulo 377

Sylvia dijo de inmediato: ‘Odell, realmente no presioné a la abuela…’ ‘¡No me hagas repetir lo mismo!’ Levantó la voz a un nivel aterrador. Los ojos de Sylvia cambiaron de miedo. Ella frunció los labios y a regañadientes dejó solo al hombre. Sin embargo, no fue muy lejos, simplemente se volvió hacia las escaleras y se sentó en un rincón. Sería más fácil para ella vigilar la sala de emergencias y al mismo tiempo mantenerse fuera de la vista de Odell.

Un rato después, una serie de pasos apresurados llegaron desde el extremo inferior de las escaleras.

Era Sebastián, el mayordomo, y tenía varias otras personas junto con él. Todos eran parientes de la señora Carter por parte de su madre. La mayor entre ellos era la hermana prima de Madam Carter, Ramona, quien también era la más cercana a Madam Carter.

Miró a Sylvia al pasar, pero no dijo nada. Luego se acercó a Odell y nerviosamente le preguntó: “Odell, ¿cómo se cayó Ophelia de la colina? Sus piernas nunca han sido muy fuertes, así que ¿por qué estaba trepando y todo eso? Odell frunció los labios en silencio.

Ramona podría estar ansiosa y preocupada, pero pudo ver la mirada sombría en el rostro de Odell y decidió quedarse callada por el momento.

Luego volvió con Sylvia.

Había oído que Sylvia y Odell se habían vuelto a casar y también conoció a Sylvia dos veces cuando visitó a su prima el otro día.

Sylvia: “Sylvia, escuché que Ophelia fue al

sé qué pasó. Yo estaba en la cima de la colina disfrutando del paisaje. La abuela pudo haber subido porque quería hablar conmigo, pero yo no sabía que vendría.

Estuviste allí, ¿cómo es

frunció el ceño. Quería saber por qué Madame Carter también se había caído

a Ramona que había estado hablando con Edmund y que había descuidado la

estaba allí por Madam Carter, pero, de hecho, había estado allí para pedirle a Sylvia

entendió la intención de Ramona. No sólo no le había regalado ningún cuadro a Ramona, ni siquiera le había mostrado

había elegido el silencio en lugar de

abofetear la cara

¡Bofetada!

indefensa ante la bofetada, que le dejó la mejilla izquierda ardiendo después de la

gritó después de la bofetada: “Te estoy

frunció los labios con

acercó a su lado. Le dijo

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