Capítulo 385

Los dos guardaespaldas que custodiaban la sala de estar la siguieron cuando comenzó a moverse. Sylvia echó un vistazo a la entrada y se dirigió al patio a dar un paseo. Los dos guardaespaldas la siguieron como su sombra. Cuando se cansó de caminar, volvió adentro para buscar otro entretenimiento.

Encendió la televisión, solo para descubrir que no estaba conectada a Internet y no tenía señal. Afortunadamente, había algunas herramientas para tallar y piezas de madera que había dejado previamente en su habitación. Recogió la pieza de madera y en silencio comenzó a tallar mientras se sentaba en el suelo.

Mientras tanto, en una lujosa sala del hospital de Westchester, la señora Carter estaba postrada en cama con un respirador en la cara. Tenía los ojos bien cerrados y no había señales de que se despertara pronto. La figura alta y rígida de Odell estaba sentada junto a la cama. Había llegado al hospital antes del amanecer y desde entonces había estado sentado al lado de su abuela. De repente, hubo un golpe cuidadoso en la puerta.

“Adelante”, dijo Odell. Cliff entró y dijo en voz baja: “Señor, los guardaespaldas de la mansión informaron que la señora está bastante callada. Aparte de un intento de salir de la casa antes, ella simplemente caminó por la casa antes de quedarse en su habitación por el resto del día”.

Odell entrecerró los ojos y dijo con frialdad: "Diles que la sigan observando".

"Sí, señor." Al darse cuenta de la mirada sombría en el rostro de su jefe, Cliff continuó: “Señor, Isabel y Liam están preguntando por la señora y están teniendo una rabieta. Liam ha estado bastante callado pero Isabel ha estado llorando por un rato. La tía Tonya trató de calmarlos pero fracasó. ¿Crees que deberíamos enviarlos a casa de la señora?

Odell entrecerró los ojos con frialdad, lo que asustó a Cliff.

Unos momentos después, Odell reunió sus emociones y dijo en un tono de voz tranquilo: “Vigila a los dos. Volveré y hablaré con ellos más tarde”.

dijo Cliff

día transcurrió en paz. El cielo ya estaba oscuro pero los guardaespaldas no parecían tener

la comida y los dos guardaespaldas que custodiaban la sala la siguieron como antes. Sylvia pensó por un

habitación. Los guardaespaldas no la siguieron a la habitación del segundo piso,

puerta trasera, pero era tan alta como la puerta principal y las paredes

que Sylvia pudiera usar para escalar las paredes o la

sacó dos sillas de la habitación y las

ruido de las sillas atrajo la

debajo del

los guardaespaldas en la puerta les dijo a los demás: “¡Maldita sea! ¡La señora está tratando de escapar por

a la puerta trasera, dejando solo

la puerta se había debilitado, Sylvia salió de la sala de estar. Corrió rápidamente hacia la puerta, su repentina aparición sorprendió al solitario guardaespaldas que se había quedado

sonrió y le lanzó una

¡Ruido sordo!

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255