Capítulo 623

Sylvia continuó frunciendo los labios mientras permanecía en silencio.

Thomas de repente se rió a carcajadas, el sonido de su risa era suave pero lleno de satisfacción. Inmediatamente después de eso, jaló a Sylvia a sus brazos. Lo hizo con mucha delicadeza, como si Sylvia fuera un jarrón precioso extremadamente frágil. Sylvia no estaba acostumbrada a estar en un contacto tan cercano con él e instintivamente sintió la necesidad de alejarlo. Sin embargo, en el momento en que lo tocó, pudo sentir el calor anormal que emanaba de su cuerpo.

Todavía estaba febril.

Frunciendo el ceño, retiró la mano. Después de permitirle que la abrazara por un rato, ella insistió nuevamente: "Thomas, es hora de que descanses".

"Está bien." Rápidamente se alejó al escuchar esto, luego le acarició la cabeza suavemente y habló en voz baja: “Me iré a dormir ahora. Deberías regresar a tu habitación para descansar también.”

"Hmm", respondió Sylvia y salió.

Cuando salió, se giró para cerrar la puerta y le echó un vistazo mientras lo hacía.

Él ya había regresado a la cama y la miraba suavemente.

Sylvia frunció los labios y luego cerró la puerta.

habitación quedó en

cama y siguió mirando distraídamente en dirección a donde había estado Sylvia. Él sonrió. Mientras tanto, dentro de su baño, el cabezal de la ducha no se había cerrado correctamente todo el tiempo. Por lo tanto, una pequeña corriente de agua continuó fluyendo lentamente hacia el suelo. La corriente lenta y constante de agua fluyó hacia el

como antes. La corriente de agua permaneció

noche anterior, Sylvia terminó despertándose una hora más tarde de lo habitual al día

Isabel ni Liam

lavó rápidamente y fue a la

habitación cuando escuchó una risa proveniente del piso de

el aroma distintivo de su

solía comprar en los puestos

la boca ante la idea y Sylvia aceleró el paso mientras se dirigía a

bajaba, inmediatamente gritó con alegría: “¡Mamá!

y miró a través de la sala de

principesca y digna. Con un libro en la mano, giró sutilmente la cabeza para mirar a Sylvia cuando escuchó los gritos entusiastas de Isabel

de la mañana que entraba por la ventana iluminaba su rostro de tez clara. Su sonrisa

se congeló por un momento antes de

respondió: "Salí más temprano esta mañana para hacer algunos mandados, luego compré estos en

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