Capítulo 89

Al escuchar que Blanca decia que estaba cansada.

Sara se apresuro a decir: “Entonces aprovecha en descansar un poco en este momento, te llamo cuando sea hora de comer.”

Blanca asintió con la cabeza.

“Espera un momento, Blanquita“, Teresa de repente agarró de la mano a Blanca.

Viendo las manos de Teresa sobre las suyas, Blanca sintió cierto disgusto en su interior. Teresa era una anciana que no cuidaba mucho su apariencia, sus uñas largas y sin cortar escondían una capa de suciedad negra.

Blanca se esforzó por contener las náuseas, “¿Qué sucede?”

Teresa continuó: “Tu abuela tiene algo especial para ti. Diego, trae eso aquí.”

Diego se acerco con una bolsa en la mano, “Esto es lo que tu abuela ha preparado especialmente para ti, los tallos de verdura fermentados.”

Teresa añadió: “Blanquita, recuerdo que cuando eras pequeña, esto era lo que más te gustaba comer. Solo Nieves y tú pueden disfrutar de los tallos de verdura fermentados que prepara tu abuela, ¡nadie más tiene esa suerte!”

Blanca y Nieves, las dos hermanas, eran las más destacadas entre todas las nietas, y Teresa naturalmente quería ganarse su afecto.

¡Después de todo, cuando contraigan matrimonio, no faltarian ocasiones para mostrar su gratitud hacial su abuela!

“Gracias, abuela“, dijo Blanca, cogiendo la bolsa

Teresa sonrio, “No hay razones para que seas tan formal con tu abuela. Ve y descansa.”

Blanca entró a la casa con la bolsa, apenas había entrado cuando arrojó la bolsa al cubo de basura.

tener esa cosa sucia ni un segundo más.

después, Cecilia, la hija de Selena, también llegó.

se veía más joven, y al siguiente decia que Sara tenía la piel muy bien cuidada,

cómo hablar, en contraste con Gabriela, que parecía un tronco sentada en el sofá, sin saber decir

ceño, mostrando una pizca de desprecio,

sabia cómo Sofia la

que llevaba y se to

¿cómo

eres mi sobrina y tienes una boca tan

nuevo que se ha lanzado al mercado este año, solo gente joven como tú puede lucirlo adecuadamente. ¡Yo ya

lo hizo a propósito para

seguro que estaba llena de envidia y celos, ahora

mucho más joven al lado de mi madre. Parecen más madre e hija que hermanas! Decir que mi

miró a Cecilia con cierto disgusto.

¡Esa niña!

a

adular a Sara, ¿era necesario pisotear a su propia madre en

brazalete, decidió no

Cecilia, “Eres una niña bastante encantadora y, jsabes cómo hacerme feliz!”

“¡Pero si es verdad que eres joven, tia! Por cierto, tia, este brazalete que me has dado debe ser muy caro, ¿verdad? Creo que habia oido hablar de esta marca a una compañera de clase.” Mientras

Cecilia estaba muy al tanto de la situación de Gabriela en la familia Muñoz.

¡Era demasiado simple!

aún así, no era la favorita.

seguramente nunca había visto un brazalete tan

conversación de Cecilia: “No es tan caro,

¿Dos mil?

de Cecilia se iluminaron

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