Capítulo 122

Ella tomó la tetera y la colocó en la mesa en menos de 20 segundos.

Parecía solo un breve momento, pero solo Sebastián, con su entrenamiento, sabía cuán difícil era ese instante.

Y la tetera aún contenía té hirviendo.

No solo evitó quemarse, sino que tampoco derramó ni una gota.

Todo el proceso fue tan fluido como una nube flotante.

¿Podría hacerlo alguien sin habilidades reales?

“Gracias.” Agradeció Gabriela, bajó ligeramente su mirada y se encontró con la de Sebastián, una chispa surgió entre ellos, creando ondulaciones que rápidamente desaparecieron.

Gabriela tenía buena memoria.

Al ver esos ojos, rápidamente recordó al hombre que había visto en la fiesta de la familia Muñoz.

Y pensando en lo que Yolanda acababa de hacer, se dio cuenta de que probablemente había sido un acto para él.

Ese hombre, evidentemente favorecido por el destino, tenía un origen distinguido.

Yolanda tenía grandes ambiciones.

Sebastián se quedó atónito.

En su juventud, se hizo un nombre en una batalla y aunque en años recientes se había suavizado por practicar el vegetarianismo y la meditación, aun así, rara vez alguien podía sostener sú mirada por más de tres segundos. Incluso sus socios de negocio evitaban sus ojos al hablar.

Ese día, sin embargo, se encontró con una excepción.

jovencita

“¡Gabi!”

momento, Nora corrió hacia

desvió la mirada y preguntó. “¿Qué

y dijo, “¡Gabi, tu

se alejó

observaba la figura de la jovencita que se estaba alejando mientras tomaba un sorbo de té. Mantenía una mirada profunda

has fijado

luz cálida iluminaba su perfil rudo, haciéndolo parecer aún más

al ratón! ¡No puedes caer en

en el engaño. Sebastián era el único heredero de la familia Zesati, con una actitud

1/2

11-15

como Yolanda, indiferentes

no necesita jugar esos juegos,” dijo Sebastián con tono indiferente. “Además, soy partidario de no

hombres, Gabriela sería sin duda una

lo era.

vida nunca había sido casarse y tener hijos.

probablemente, Gabriela tampoco tenía ese objetivo en su

demasiado joven.

podrían llegar

se daba cuenta de que nunca había tenido una amiga

llora de

parecía ser inteligente, ¿cómo no podía ver a través

Yolanda, tan bondadosa, de fingir.

Gabriela, Sebastián no podía distinguirla.

vida, pero confundido

Roberto suspiró.

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255