Capítulo 143

El local estaba en una posición bastante desfavorable que, después de tanto tiempo, no había hecho ningún negocio. Seguro que Gabriela venía a buscar problemas.

La cara de Luna se puso pálida, a pesar de estar en pleno verano, sentía un frío que la recorría por completo.

En ese momento, Gabriela ya había entrado, “¿Se encuentra Luna?“, preguntó. Gabriela no conocía a nadie más en la oficina de ventas, así que, para comprar el local, seguía queriendo tratar con Luna.

Al escuchar esto, el corazón de Luna se encogió.

¡Estaba acabada!

Gabriela realmente había venido a buscar problemas.

¡No!

¡No podía dejar que Gabriela la encontrara!

Tenía que encontrar a un chivo expiatorio.

Luna tragó saliva y señaló a una nueva empleada que acababa de llegar: “Ona, ¡ve a atender a esa clienta!”

“¿Eh?” Ona se quedó perpleja.

“¿No entendiste lo que te dije?” Luna, aprovechando su antigüedad, usó un tono particularmente brusco.

Ona, con dificultad, dijo: “Pero hermana Luna, esa clienta vino a buscarte…”

Luna frunció el ceño y dijo: “¡Ve si te lo digo! ¡Y no hables demasiado! ¡Ten cuidado o le pido al gerente que te despida!”

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Capítulo 143

detrás de un

más agudos que los de una persona

escuchar el ruido, ella lo tenía claro en su mente.

que

ligeramente‘ una ceja, pero

presión de Luna, Ona no

atender a Gabriela.

Gabriela no venía con buenas intenciones,

un poco cansada, ¿podemos hablar

favor.” La empleada llevó a Gabriela a la zona de

descanso.

comenzó a hablar despacio, “Me llamo Gabriela, antes alquilé un local aquí, ¿pueden verificarlo?”

sacó su iPad de trabajo, “Sí, aquí está, señorita Yllescas. Es el local en Paseo

“Ahora quiero. comprar ese local, y también

pensó que había escuchado

de esa calle de comida, debido a la

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se habían vendido y

locales, el promotor había ofrecido un bonus del diez por

pudiera venderlos recibiría una recompensa directa de 200,000

¡200,000 dólares!

de solo 4,000

le alcanzarían para varios años

se sentía como si estuviera soñando.

pensó que Gabriela venía a causar problemas, pero resultó ser una bendición disfrazada.

su voz y le preguntó: “¿En realidad no

firmar el contrato ahora mismo si te parece bien.”

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