La Heredera del Poder

Capítulo 199

Ella esperaba el día en que el abuelo Victor personalmente fuera a Capital

pedirle disculpas.

e para

¡Qué escena tan espectacular sería cuando se golpeara la cara con su propia mano!

Yolanda esbozó una sonrisa en los labios.

En la hacienda de la familia Diaz.

Mirando la caja de medicina que Yolanda había dejado, el abuelo Victoria ligeramente el ceño. “Luis, deshazte de esto,” dijo.

Luis asintió con la cabeza. “Como ordene, abuelo.”

Hernando intervino rápidamente: “¡Papá! Esa es una medicina del gran Hipócrates que muchos desearían tener. Después de todo, es un gesto de la Srta. Muñoz, ¿cómo puedes simplemente deshacerte de ella?”

El abuelo Victor, astuto durante toda su vida,

lastimosamente, su hijo mayor no era muy brillante y no podía mantener la dignidad de la familia.

De lo contrario, la familia Díaz no estaria enfrentando la dispersión tan pronto como el abuelo Victor tuviera un problema.

El abuelo Victor lo miró con indiferencia y preguntó. “¿Quieres matar a tu padre con esa medicina sin identificación?”

La medicina que Yolanda había traído no tenía más etiquetas que una caja.

“Pero… pero la Srta. Muñoz dijo que es descendiente de Hipócrates…” Replicó Hernando. El abuelo Victor lo reprendió. “¿Y si yo digo que soy el rey Maya, me creerías? ¡Ya eres un hombre de más de cuarenta años y sigues siendo ingenuo! ¡No te pareces en nada a mi!”

aa

El abuelo Víctor comenzó a dudar si su hijo era realmente suyo, ya que Hernando no se pareciera mucho a él en su juventud.

miedo, solo podía mirar cómo

repente se giró y

todo, era algo de otra persona, y no estaría

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Capitulo 199

si Yolanda regresaba para reclamarlo? ¿Con qué

una disputa.

asintió en respuesta.

ver eso, Hernando respiró aliviado, había pensado que tal vez su padre había

que el abuelo

Hernando dispuesto a confiar en Yolanda, el abuelo Victor agregó: “Guárdala bien, por si acaso la Srta. Muñoz

de Yolanda, pero no se

llegó el día siguiente.

la familia Díaz esperaba puntualmente abajo del hotel.

“Hermana Tasha, ¿por qué no vienes conmigo? De todos modos, no

a las personas, yo no sé nada de eso,

y respondió. “¿Cómo podría ser? No conozco a nadie allí, y si estás conmigo, me dará más valor.”

razón, a fin de cuentas Gabriela solo era una niña, ¿qué

en

saltó de la cama,

se puso

al vestibulo del

vestido con un traje se acercó rápidamente. “¿Es usted la pequeña médica Yllescas?”

ligeramente. “Soy

invitación.

mano de

un coche muy lujoso,

capó del auto brillaba excepcionalmente contra el

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