Capítulo 208

Después de recorrer las calles todo el día, realmente tenía un poco de hambre.

Ella era de esas personas que no prestan mucha atención a cómo se ven al comer. Hacia lo que le resultaba cómodo y, curiosamente, esa despreocupación solía revelar su lado más hermoso y natural.

Sebastián giró ligeramente su mirada hacia ella.

Lo que captó fue su concentración mientras comía.

¿Realmente era tan delicioso el plato?

Sebastián tomó un trozo de brócoli y lo masticó lentamente.

El sabor no parecía tener nada especial.

Sin embargo, al verla disfrutar tanto, él también terminó comiendo un poco más de lo habitual.

Cuando estaban a punto de terminar, Gabriela llamó al mesero. “Por favor, tráiganos dos. postres para después de la comida“.

El mesero asintió. “Claro que sí“.

Sebastián entreabrió sus finos labios y dijo. “Con uno es suficiente, ya estoy lleno“.

“No te preocupes, puedo comerme ambos sola“, dijo Gabriela.

Sebastián se quedó en silencio.

Sospechaba que Gabriela no había planeado pedirle nada en absoluto.

Cuando llegaron los postres, Gabriela empezó a comerlos con dedicación.

Sebastián nunca había conocido a una chica que comiera tanto antes.

Tenía cuatro hermanas,

comida, como si alimentaran a un gatito, y ni siquiera se atrevían

todas las chicas

que no todas las chicas tuvieran un

esfuerzos dietéticos no tenian el cuerpo de alguien que comia

Gapitulo 20

postre, Sebastián se quedó sentado en su silla, jugueteando

de los dos hablaba, el ambiente no era incómodo en

a la barra a pagar la cuenta, pero le informaron que

Zesati, habíamos acordado

sus dedos largos jugueteando con las cuentas rojas del rosario. “Da igual quién pague. Si la Srta. Yllescas insiste, hay una casa de té no muy lejos de aqui. Podría invitar a tomar una taza

arqueó una ceja y preguntó. “¿Quieres

nuez de Adán se

hora, aún no eran las 7, así que asintió. “Está bien“.

abrió la puerta del copiloto del coche para que Gabriela

entrara.

inclinó para meterse en el

grande y espacioso,

con la personalidad de Sebastián,

llegaron a la puerta de

detrás del otro al local, donde Sebastián ya era un cliente habitual. Apenas entró, el gerente lo recibió con entusiasmo: “Sr. Zesati, bienvenido! Por

hablaba, el gerente echó un

ojos reflejaban incredulidad.

tomar té o

que esa vez trajera a una

Y además…

era muy hermosa.

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Capitulo 200

en la Capital

gerente le vinieron un montón de preguntas en

salón privado

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