Capítulo 220

Al oir eso, Vicente volvió la mirada hacia Yolanda.

Sus ojos contenían una frialdad sutil y un toque de indagación.

Bajo la mirada de Vicente, Yolanda sintió como si hubiera regresado a su vida pasada, a aquella jaula maloliente, donde Vicente la miraba desde lo alto con desdén. A pesar de su distinguida presencia y su semblante noble, era como un demonio surgido del infierno.

¡Temible y siniestro!

Capaz de arrebatarle la vida en cualquier momento.

Yolanda sentía un sudor frío en la frente, pero se vio obligada a mantener la calma y hablar de nuevo, “Señor Solos, yo soy la persona que salvó la vida del señor Víctor, él me busca a mí.”

Vicente, jugueteando con el anillo en su pulgar, preguntó, “Usted es la Señorita Muñoz ¿también tiene como apellido Yllescas?”

“Ese fue mi apellido antes de cumplir dieciocho años“, explicó Yolanda.

¿Antes de los dieciocho tenía otro apellido?

Vicente asintió levemente y dijo, “Entonces, señorita Muñoz, venga conmigo.”

Yolanda, bajo una presión inmensa, siguió el paso de Vicente.

Gabriela, al ver que no tenía nada que hacer, tomó su pastel de cereza a medio comer y continuó disfrutando de él.

La hacienda de la familia Solos era muy grande.

Como el vestíbulo principal estaba recibiendo invitados y no era adecuado para encuentros privados, el abuelo Víctor estaba esperando en el salón interior del jardín

trasero.

Solos tenían una amistad de años y también conocía muy bien a la matriarca

ese momento, el abuelo Víctor estaba charlando

vestíbulo.

era una

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juventud, parecía mayor de

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de verdad ver que estás bien, Gala, en el más allá, también estaría contenta“, dijo la anciana señora Solos con

78 y

vivir un siglo, les quedarían

vivir hasta los cien

llegan a esa edad en el mundo?

un tema

abuelo Víctor suspiró.

que la joven doctora que te curó es

> E

por la juventud de la doctora milagrosa Yllescas, su habilidad es algo fuera de

para la muerte, incluso había redactado su testamento, pero inesperadamente volvió a tener una

un brillo de curiosidad apareció en los ojos de

sería esa joven?

dice que cuando Dios te abre una puerta,

no sería muy

no tendría tanta destreza

la señorita Muñoz

de Vicente interrumpió la

oírlo, el abuelo, Víctor

y dijo, “¿Señorita Muñoz? Vicente, estás equivocado, la persona que busco es la doctora milagrosa Yllescas, ¡ella

que antes de cumplir los dieciocho años, su

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